"Madrid es la locomotora de España"
Dos décadas de carrera política con oportunidades de pionera. Así podría definirse la trayectoria de Esperanza Aguirre Gil de Biedma, de 55 años, la primera mujer al frente de una comunidad autónoma y que, en 1999, ya fue la senadora más votada en unas elecciones democráticas y la primera en presidir el Senado. Antes fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid y ministra de Educación y Cultura en el Gobierno de José María Aznar (1996).
Aguirre, que sigue las consignas del PP de boicot al Grupo PRISA, ha declinado una entrevista con EL PAÍS. Éstas son algunos de sus rasgos y de su visión de la región.
- Cambio radical de imagen. Su mayor mérito en estos tres años y medio de mandato -más corto de lo habitual porque hubo que repetir las elecciones de mayo de 2003 tras la espantada de los diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez- es haberle dado una vuelta radical a su imagen. Atrás quedaron los tiempos de El rincón de Espe, en el programa Caiga quien caiga, donde aparecía como una bobalicona. Ahora, Esperanza Aguirre pasa por ser una mujer de carácter, trabajadora infatigable, con retranca sibilina y que sujeta con firmeza las riendas del Gobierno regional. "Todo se puede delegar menos la supervisión", le gusta decir a sus colaboradores a menudo.
"El Gobierno se niega a dar un euro para inversión pública"
"Que repita es el paso fundamental para que Zapatero haga las maletas"
- La región que más crece. Una de las frases que más repite Aguirre hace referencia al impulso económico experimentado por la región que preside, la que más ha crecido del país en cuatro años: el 12,64%. "Madrid es la locomotora de España", dice en cuanto puede. Y lo achaca a su gestión. Pero en realidad se justifica por una buena coyuntura económica y que, al tener la capital del Estado, más empresas se instalan en la región.
- Una gestión basada en las infraestructuras. Cada municipio que visita Aguirre recibe una promesa: un hospital y una parada de metro. Por eso, durante la legislatura que termina, las obras se han extendido por doquier: ha construido (que no puesto en servicio) ocho hospitales, 56 centros de salud y, sobre todo, más de 90 nuevos kilómetros de suburbano. "El plan de ampliación del metro no tiene precedentes en cuanto a extensión", afirma.
- Enemiga del servicio público. "Soy liberal", proclama Aguirre a diestro y siniestro. Y este principio lo lleva a ultranza, hasta el punto de que ha dedicado, por ejemplo, más esfuerzo a fomentar la extensión de la enseñanza privada y concertada que a reforzar la pública, ante fuertes críticas de PSOE e IU.
- Confrontación con el Gobierno central. No hay ministerio que no haya tenido esta legislatura conflicto con el Gobierno de Esperanza Aguirre. Con Fomento, por el metro a la terminal 4 del aeropuerto de Barajas; con Sanidad, por el cómputo de las listas de espera; con Hacienda, porque dice recibir menos aportación que Cataluña... y suma y sigue. "Madrid va hacia adelante y eso molesta al señor José Luis Rodríguez Zapatero, que se niega a dar un euro para inversión pública en la región", ha afirmado Aguirre en uno de sus mítines.
- Un rival más alto. En la campaña electoral que termina hoy, Esperanza Aguirre no ha tenido como rivales a Rafael Simancas (PSOE) ni a Inés Sabanés (IU). Ella apunta más alto. Su principal adversario, a tenor del discurso de sus actos políticos, ha sido exclusivamente Zapatero. "Es muy importante que el Gobierno de la Comunidad de Madrid repita. Porque es el paso fundamental para que Zapatero haga las maletas y Rajoy vaya a La Moncloa", ha proclamado.
- Llamada a la participación. "No os fiéis de las encuestas", repite estos días Aguirre para llamar a su electorado a votar el próximo domingo. Aunque los pronósticos le dan una victoria holgada, ella subraya: "No hay nada ganado".
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