"Hay que superar el concepto de enemigo político"
Ángel Pérez, madrileño, candidato a la alcaldía de Madrid por Izquierda Unida, de 53 años, está casado y tienen dos hijos. Vive en un piso de su propiedad. Hoy es diputado nacional y su trayectoria política comenzó en su pubertad. Tenía 13 años y estaba en el colegio, un centro público de su barrio, Pacífico. Luego cursó en La Paloma Formación Profesional. Mientras se hallaba en el servicio militar, ingresó en el PCE y en Comisiones Obreras. Pronto destacó en la lucha sindical, en compañías de ferrocarriles y como conductor de metro. Ha sido portavoz de IU en la Asamblea de Madrid.
Pregunta. Pese a llevar muchos años en política, en Madrid apenas le conocen.
Respuesta. Izquierda Unida es una fuerza política que no tiene influencia directa en los medios de comunicación y, aunque hagamos un esfuerzo grande, nuestras propuestas más importantes hallan menos eco que las propuestas menos importantes de otras fuerzas.
"La ciudadanía lo aguanta todo porque se ha cercenado su identidad colectiva"
"Hasta ahora nadie nos discute que un piso de 70 metros cuesta 60.000 euros"
P. ¿Qué aspectos de su vida y de su pensamiento político quisiera dar a conocer?
R. No tengo sentido de la vida como sacrificio. Hago las cosas no por filantropía, sino porque me gustan. Tengo ciertos valores y principios: me molestan la desigualdad y la injusticia; me subleva que los que más tienen, más obtienen, y que los que menos poseen, menos consiguen. Me considero progresista y de izquierdas. Soy hijo de una familia de trabajadores.
P. Gobernar una ciudad como Madrid parece tarea compleja. ¿Por dónde empezaría?
R. Lo más sencillo para gobernar una ciudad es hacerlo desde la visión de los ciudadanos. El problema más acuciante es el de la propiedad del suelo y que los ciudadanos tengan una vivienda digna, con precios asequibles. Concibo la vivienda como primera necesidad, no como un elemento especulativo.
P. En la cultura política a la que pertenece, se dice que las ideas dominantes son las ideas de los que dominan. ¿Es o no cierto para Madrid?
R. Todos los poderes reproducen las estructuras que necesitan para seguir siendo poderes. Claro que en Madrid se cumple a rajatabla, hay pruebas suficientes.
P. ¿Como cuáles?
R. La construcción del metro, por ejemplo; parece que lo hubiera hecho Alberto Ruiz-Gallardón cuando lo hacemos los ciudadanos con nuestros impuestos. La M-30 podría haberse construido con la mitad de la deuda, pero se hace así porque el alcalde tiene interés en dejar claro que es de Ruiz-Gallardón. Y eso no es así.
P. ¿Cuál es la idea-eje de su programa electoral?
R. Resucitar Madrid para la sociedad y la política. Madrid es una ciudad donde se mueven muy deprisa los negocios y los coches, pero la sociedad no se mueve nada. Aquí la lógica está invertida. La ciudadanía madrileña lo aguanta todo porque se ha cercenado su identidad colectiva y su conciencia crítica. Y ello no es sólo responsabilidad de la derecha.
P. ¿Se refiere al PSOE?
R. No, a organizaciones de todo tipo.
P. ¿Tanto poder tiene el lobby inmobiliario?
R. Tanto como para que el desarrollo de la ciudad tenga que ver con las necesidades del propio lobby y no con las de los madrileños.
P. ¿Cómo convencería a un indeciso de izquierdas para que le votara?
R. Invocando sus propios intereses.
P. ¿Y cómo persuadiría a una persona de derechas?
R. La política municipal da mucho margen y, al final, se hace lo que se debe hacer. Yo no propongo una ciudad marxista, sino que planteo un modelo que tiene que ver con el desarrollo colectivo, humano. La gente quiere vivir para satisfacer sus necesidades, estudiar o relacionarse, y todo eso puede hacerse desde una perspectiva social.
P. ¿En qué situación se encuentran las desavenencias que precedieron su designación o elección como cabeza de lista de IU?
R. Yo tampoco he hecho una actuación personal. Hubo interés en demostrar que había buenos y malos, como en las malas películas. Hay un enfoque más realista, más pragmático. Nuestras contradicciones internas siempre han sido menos graves de lo que traducen los medios de comunicación. Cuando la información tiene que ser negocio por razones comerciales, la noticia pierde su esencia.
P. La gente no se explica cómo siendo en IU tan pocos respecto de los grandes partidos son tan críticos entre sí. ¿Cómo lo explica?
R. La izquierda nace de un espíritu crítico de mucha libertad y persigue un modelo de sociedad muy plural. Aquí no hay nadie que lo manda todo. Si en el Partido Popular el presidente y dos más hacen -en su casa- la lista de candidatos para toda España, todo el mundo lo interpreta como "de una gran eficacia y operatividad".
P. Dolores Ibárruri decía que la virginidad en política también implica infertilidad; por otra parte, hay un refrán que dice más vale solo que mal acompañado. ¿Qué piensa de las alianzas con el PSOE?
R. En IU siempre hemos sido partidarios de tener acuerdos con el PSOE y eso es así porque siempre hemos tenido desacuerdos. Es una cuestión sencilla: para nosotros, lo fundamental es la política.
P. ¿Qué política?
R. Queremos cambiar las cosas; no es un problema de talante, sino de dirimir si, por ejemplo, la vivienda es un valor de uso o un valor comercial, de cambio. Luego, a partir de las políticas, se llega a menos o más niveles de acuerdos. Lo que yo rechazo es esa idea del PSOE de que si tiene mayoría absoluta ellos no nos necesitan, y si no la tiene, nosotros tenemos la obligación de que ellos gobiernen. Eso no es digno ni correcto.
P. ¿Cómo resolvería el problema de la vivienda sin endeudar en exceso al Ayuntamiento?
R. La única manera de conseguirlo es un nuevo modelo de financiación. Si queremos un Madrid moderno no podemos consentir que existan barrios como en los años setenta del siglo anterior. Madrid genera muchos recursos y debería tener pisos baratos. Hasta ahora nadie ha cuestionado nuestro argumento: una vivienda de 70 metros cuadrados cuesta 60.000 euros. Nadie puede convencernos de que los intermediarios en las viviendas públicas sean imprescindibles.
P. ¿Cómo piensa equilibrar el norte rico y el sureste pobre?
R. Equipándolo desde el punto de vista de la calidad de vida; eso incluye un tejido económico y productivo que tiene que ver con la formación y con el modelo educativo.
P. Hay un Madrid alternativo, okupa, generalmente antisistema, que comparte algunos valores de la izquierda. ¿Cómo atraer su voto, qué puede ofrecerles IU?
R. Nosotros rechazamos la criminalización y la represión de su movimiento, pero les decimos con toda sinceridad que esa actitud no resuelve el problema de fondo.
P. En la reciente bronca entre los señores Sebastián y Ruiz-Gallardón, usted quedó anonadado y perplejo. ¿De qué lado está?
R. Del de la política.
P. ¿Es decir?
R. Lo que me interesa de ambos son sus propuestas.
P. Si, por cualquier razón, en Madrid gobernara la primera teniente de alcalde, Ana Botella, ¿rompería o mantendría los puentes desde la oposición?
R. Siempre hay que mantener los puentes abiertos con todo el mundo. Hay que superar el concepto de enemigo político: hay adversarios con proyectos distintos. No se puede dar la vuelta a una opción electoral que cuenta con el apoyo de cientos de miles de votos.
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