Tintorerías
Como no le gusta posar para las fotos, dice Ángel Pérez (¡ah, Ángel Pérez!) que lo mejor sería hacer campañas de un solo día. Yo creo que deberíamos vivir siempre en campaña, es divertidísimo, quitando algún que otro susto. El último se lo llevó Manuel Fraga Iribarne. Y nosotros al enterarnos de que Fraga andaba por Collado Villalba: un susto de chiste, de los de elegir entre susto o muerte y que, al elegir susto (claro), aparezca él.
En campaña, cuando crees que te vas a desmoralizar definitivamente, vuelven los candidatos y te partes. Más, si te da por descontextualizar dentro de contexto, que parece una paradoja pero funciona, como sus propuestas: Rafael Simancas anuncia la "cobertura universal" del tratamiento bucodental, excepto si tienes más de 15 años y menos de 65 o no estás embarazada; Ruiz Gallardón inventa kangurotecas, con un inédito espíritu vallekano. Miguel Sebastián dice que ha tenido que superarse, pues "no solía relacionarse con desconocidos".
Aunque coincido, por eliminación, con la posibilidad que le atañe en la encuesta de este periódico: me iría con él de campo y playa porque iría con Ruiz Gallardón de cañas por Lavapiés, para que conociera gente que no le vota, y con Pérez a la ópera, para que la alterne con Pink Floyd.
Pero lo importante, ahora que sé que la candidatura de Sebastián tiene su origen en el anhelo de una empleada de tintorería, es que al fin entiendo el sketch de la foto de Corulla: Sebastián le estaba recomendando a Ruiz-Gallardón una tintorería que ya la hubiera querido Bill Clinton para sí. Tendría que haber sacado una foto de la calle Numancia, que es donde Sebastián lleva los trajes al tinte. Porque lo que hizo fue una defensa numantina de la limpieza, y ya se sabe que hay ciertas manchas que sólo se quitan en seco. Incluso en el Madrid Río. Seguro que Ana Botella ha apuntado la dirección.
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