Papeletas y ladrillo en la periferia coruñesa
La proliferación de denuncias urbanísticas y las listas alternativas a alcaldes con récord de permanenciasacuden el mapa político del área urbana que más ha aumentado de población en Galicia
Colisionan dos coches y, por pequeño y anodino que sea el choque, el atasco está montado: en la avenida Alfonso Molina, conocida como Lavedra, la principal arteria de entrada y salida de A Coruña, cualquier percance automovilístico se traduce de inmediato en horas de retenciones y colapso circulatorio en el conjunto del área urbana, la segunda más importante de Galicia. Ocurre un día sí y otro también, incluso varias veces en el mismo, y aparece ya en las encuestas como una de las principales preocupaciones de los 400.000 residentes en los nueve municipios que conforman el cinturón coruñés. El caos viario no es más que uno de los muchos problemas inherentes al desarrollo desordenado y desprovisto de planificación que caracteriza la comarca urbana que más rápidamente ha crecido en Galicia durante la última década.
Mientras A Coruña mantiene su población, su periferia ha crecido un 38% en diez años
Los ocho municipios del cinturón crecen al amparo de normas obsoletas o anuladas
Mientras A Coruña se mantiene en torno a los 245.000 habitantes, la población de su periferia aumentó un 38% en diez años. Evolucionó a la par no sólo el tráfico rodado, sino también y sobre todo la construcción de viviendas. Hileras de edificios pegados a carreteras sin aceras, que atraviesan núcleos hasta hace poco más rurales que urbanos, afloran en Arteixo, Culleredo o Cambre, los municipios con mayor número de viviendas visadas por habitante, según los datos del Colegio de Arquitectos para el periodo 2001-2005.
A excepción de la capital provincial, que empieza a tramitar la renovación de su plan de ordenación urbana en vigor desde 1998, ninguno de sus municipios vecinos ha conseguido diseñar un documento que estructure las demandas de sus poblaciones emergentes. Los ocho ayuntamientos que rodean A Coruña se desarrollan al amparo de normas subsidiarias obsoletas o de planes caducados o incluso anulados.
Este crecimiento desordenado convulsiona también el mapa político de la comarca, hasta ahora más bien estático con alcaldes, en su mayoría, que baten récords de permanencia en el cargo. La proliferación de denuncias relacionadas con el urbanismo y de candidaturas alternativas nacidas de escisiones internas en los partidos o de la contestación social protagonizan la cita electoral del próximo domingo en el área de A Coruña. Los socialistas llevan desde 1983 gobernando la capital provincial y dos de los municipios colindantes más poblados, Cambre (26.500 habitantes) y Culleredo (22.000). En Oleiros, con 32.000 vecinos, el movimiento vecinal del independiente Ángel García Seoane supera con creces las dos décadas en el gobierno municipal. El ex popular Ramón Rodríguez Ares rige los destinos de Sada desde 1979 (con una interrupción de un año en 2004). Y Manuel Pose (PP) suma 12 años en la alcaldía de Arteixo (27.000 censados), el municipio con más superficie en una comarca que se caracteriza por la escasez de suelo y la mayor densidad de habitantse en Galicia (811 personas por kilómetro cuadrado).
Las denuncias por actuaciones urbanísticas de las corporaciones de estos ayuntamientos se acumulan en los juzgados. Todos sus alcaldes tienen causas pendientes en los tribunales, sea por su gestión o por mezclar intereses privados y públicos. La construcción y el ladrillo también están al origen de la casi totalidad de las escisiones, mociones de censura y crisis internas que sacudieron las filas políticas de los gobernantes locales en estos cuatro años de mandato municipal.
La dispersión del voto está garantizada en estas elecciones a la vista del número, sin precedentes, de candidaturas independientes o de partidos minoritarios que concurren a la cita con las urnas del próximo domingo. El PP es el más afectado por la convulsión del mapa político coruñés, al sumar el mayor número de concejales que se dieron de baja (17) para promover listas alternativas. Pero no fue el único partido sacudido por crisis internas.
La ruptura de la agrupación socialista de Cambre, donde Antonio Varela suma 24 años de alcalde, desembocó en dos listas alternativas promovidas por militantes de la localidad. En el pequeño y rural municipio de Abegondo (5.700 habitantes), los concejales del PP, que tiene la alcaldía, y del PSOE se presentan a estos comicios bajo otras siglas.
Las dos mociones de censura con apoyos de concejales tránsfugas que, durante el primer año del actual mandato, promovieron los entonces dirigentes locales del PP para hacerse con las alcaldías de Sada y Carral dejaron sin representación municipal al PSOE, en el primer caso, y al BNG, en el segundo. Estos son sólo algunos de los episodios políticos de mayor repercusión que caracterizaron, en el cinturón coruñés, el mandato municipal que ahora termina. El veredicto de las urnas, el domingo, dará pie, como mínimo, a muchas lecturas.
Se busca modelo metropolitano
Cada vez que toca desempolvar las urnas para votar, y más en una convocatoria municipal, el término área metropolitana adquiere de pronto, en A Coruña y los ocho municipios de su entorno, una dimensión casi real.
Fotos de un inexistente metro ligero que conecten todas las poblaciones, promesas de nuevos puentes sobre la ría como remedio definitivo a la saturación del tráfico o incluso rutas turísticas que atraviesen, sin recelos, los términos municipales engrosan invariablemente los programas y mensajes electorales de todos los candidatos, sin excepciones.
Y sin embargo el viejo proyecto de crear y funcionar como un área metropolitana organizada nunca traspasó hasta el momento la frontera de lo virtual, en una comarca condenada a entenderse y que ya comparte múltiples servicios y equipamientos básicos.
La basura que generan los 400.000 habitantes del cinturón coruñés se trata en la planta de Nostián, en A Coruña, donde también está la planta depuradora de aguas residuales (insuficiente y en proceso de ampliación), así como el parque de bomberos, que en breve servirá al conjunto de la comarca. El abastecimiento de agua procede del embalse de Cecebre, situado a caballo entre Cambre y Abegondo.
El puerto de la capital provincial crecerá en Arteixo, con un dique exterior, ya en construcción y destinado a retirar del centro de A Coruña el tráfico marítimo de petroleros y otras mercancías molestas. Y el aeropuerto de Alvedro, situado en Culleredo, tiene sobre la mesa un proyecto de ampliación que levanta múltiples ampollas entre los alcaldes por cuanto A Coruña apuesta por potenciar unas instalaciones colindantes con una de las zonas residenciales que más creció en población en los últimos años.
A esta encrucijada de intereses y servicios comunes, se añaden numerosos polígonos industriales desperdigados.
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