_
_
_
_
_

Van Morrison triunfa en Santiago con su versión más 'country'

El irlandés salda su deuda con el público de Galicia con un recital corto pero efectivo

La espera valió la pena. Casi cuatro años después de la suspensión del concierto que Van Morrison iba a celebrar en la Praza de A Quintana y que fue suspendido por la lluvia, el músico de Belfast volvió a Santiago para saldar su deuda musical con la ciudad y lo hizo con creces. La única pega es que el concierto solo duró 90 minutos, que a la mayoría del público les resultaron muy cortos.

Aun así hubo tiempo para que Van Morrison realizase un paseo musical por los temas que le han convertido en una leyenda viva de la música en los últimos 40 años. La mezcla perfecta entre jazz, blues, country, soul y rock que caracterizan la mayoría de los temas del cantante irlandés conquistó a los más de 4.000 espectadores que el sábado se rindieron sin condiciones ante su maestría.

Más información
El hijo que no fue

Aunque se anunciaba que la mayor parte del repertorio estaría integrado por las canciones de su último disco -una recopilación de los temas de Van Morrison incluidos en bandas sonoras de películas-, el concierto se convirtió más bien en un repaso de su trayectoria musical. Las canciones más conocidas de su repertorio, Brown eyed girl o Gloria, pusieron punto final a un concierto que terminó con la misma puntualidad británica con la que comenzó, sin tiempo para bises.

La primera parte del concierto fue la más difícil para los menos incondicionales, con sus temas más country. Poco a poco, avanzó hacia terrenos cercanos al blues y el rock y hubo tiempo para escuchar rarezas como una versión de That's life, que interpretó con su particular estilo. También resulto sorprendente, incluso para los viejos seguidores de Van Morrison, la versión apenas reconocible de Have I told you lately.

Pese a la peculiaridad del repertorio, los asistentes acabaron levantados de sus sillas y aclamando a su ídolo, que se despidió cuando aún sonaban los últimos acordes de Gloria. Van Morrison apenas se dirigió a ellos para pronunciar algún thank you. Nadie echó de menos más cortesía por parte del hombre vestido con su habitual traje gris y su sombrero. La mayoría sólo esperan que algún día puedan volver a encontrarse con este raro ejemplar de músico, único dentro del panorama actual.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_