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Reportaje:Elecciones 27M

¡Yo prometo el teleférico! ¡Y yo el barco-bus!

Relación de las propuestas más insólitas y disparatadas de la campaña electoral: gamos, playas en Madrid, telebache...

Antonio Jiménez Barca

Esperanza Aguirre, candidata del PP a la Comunidad de Madrid, prometió la semana pasada 1.400 kilómetros de carril-bici. Más o menos la distancia de Barcelona a Cádiz. ¿Cómo se meten en un territorio pequeño como el de la región de Madrid? ¿En espiral, con la Puerta del Sol como epicentro? ¿Bajo tierra, como la nueva M-30? Ésta era la duda que corroía a un dirigente socialista, que al encontrarse con Aguirre al día siguiente, le preguntó:

- Oí lo de 1.400 kilómetros de carril-bici, Esperanza, ¿no se habrán confundido tus asesores con un cero y serán, en realidad, 140?

Aguirre le respondió:

- No, no, es así. De verdad. A mí también me parece una barbaridad pero...

La propuesta kilométrica de Aguirre es sólo un ejemplo de promesa inusual. En esta campaña hay políticos que prometen lo de siempre y otros que prefieren ofertar soluciones no sólo originales y arriesgadas sino simplemente disparatadas. A veces parecen locuras del profesor Bacterio, pero como decía el lunes un vecino harto de los atascos de su ciudad, Tomares (Sevilla): "Sí, esto es algo marciano, pero, ¿y si funciona qué?"

Soraya Rodríguez, del PSOE, lleva en su campaña el barco-bus del Pisuerga
Xabier Ezeizabarrena, del PNV, promete para San Sebastián la Casa del Surf
Esperanza Aguirre (PP) ha anunciado 1.400 kilómetros de carril-bici
José Luis Sanz, del PP, promete un teleférico en Tomares (Sevilla) para mejorar el tráfico

En Tomares, una localidad de 20.000 habitantes pegada a Sevilla, José Luis Sanz, candidato del PP a la alcaldía, actualmente en la oposición, ha prometido instalar un teleférico que, a su juicio, solucionará los problemas de tráfico que arrastra la localidad desde hace años. Los dos puentes que comunican Tomares con Sevilla son auténticos cuellos de botella por la mañana y por la tarde. Y hay quien tarda más de una hora en recorrer cuatro kilómetros. Así que Sanz, auxiliado por su grupo de asesores, decidió salvar los atascos por el aire.

El teleférico saldrá de una explanada situada delante del casino de San Juan de Alfarache y aterrizará en la estación del metro de Blas de Infante, que comenzará a funcionar en unos meses.

"La idea se nos ocurrió pensando en el teleférico de Sierra Nevada y en el que funcionó en la Expo", explica un concejal del PP de Tomares. Las cabinas tendrán capacidad para 30 personas y el mecanismo será capaz de transportar, a la hora, 3.600 pasajeros, que sobrevolarán sentados la S-30 y los dos puentes congestionados.

¿Qué opinan los vecinos? "Pues yo, al oírlo, me harté de reír, pero luego, cuando tuve que llevar a mi hijo al instituto y tardé toda una mañana, pues le di una vuelta. Suena un poco raro eso de ir colgados de un cable pero...", comenta un taxista.

Más raro suena lo de ir a la playa en metro desde Cibeles y tanto Alberto Ruiz-Gallardón, actual alcalde de Madrid, del PP, como Miguel Sebastián, candidato del PSOE, lo han prometido. El soterramiento de la M-30 ha dejado al descubierto una franja de terreno de dos kilómetros de largo a la orilla del Manzanares que será recubierta con arena (y bañistas) al estilo del Sena en París.

Más ofertas raras. En éstas no hace falta ni salir a la calle para disfrutarlas. El PP de Castilla y León promete pagar hasta 700 euros al mes de hipoteca a jóvenes parados; Unió Valenciana, viviendas protegidas con piscinas cubiertas; Rosa Aguilar, alcaldesa de IU en Córdoba, subvencionar el 50% de la compra de un ordenador personal para el que no tenga.

Javier Izquierdo figura en las listas de Soraya Rodríguez, candidata socialista a la alcaldía de Valladolid. Izquierdo, que será el edil de Urbanismo si ganan las elecciones, aprovecha que pasa cerca del Pisuerga para explicar una de las propuestas encaminadas a que los vallisoletanos se desplacen en transporte público. "Además del tranvía, que es la propuesta medular, y de tramas para peatones y de alquiler de bicicletas, pondremos un barco-bus". La idea consiste en habilitar una línea fluvial alimentada por barcos eléctricos y rápidos que atravesará la ciudad. Habrá pocas pero determinantes paradas en lugares clave que conecten con la también nueva red de tranvías.

Valladolid no es la única ciudad que quiere ganar el río (además del nuevo Madrid playero a la orilla del Manzanares): también el candidato de CiU a la alcaldía de Lleida, Isidro Gavín, ha propuesto hacer navegable el río Segre. "Si Zaragoza puede hacerlo, ¿por qué no Lleida?", afirma.

En Zaragoza, por cierto, piensan en otra cosa. El candidato popular a la alcaldía, Domingo Buesa, aficionado a la música, sostiene que "la Jota se pierde". Por eso promete revitalizarla a base de devolver su certamen anual al Teatro Principal, del que ha salido desterrada. Además creará escuelas donde se aprenda y cultive este género musical.

En Teruel viven acuciados por otro problema: existir. Así, el candidato del Par a la alcaldía, Miguel Ferrer, se ha fijado entre sus objetivos que su ciudad alcance los 50.000 habitantes (ahora tiene 33.000) en un plazo medio.

La promesa no pasa por la estimulación a una masiva procreación de sus vecinos en edad fértil sino por Peter (Plan Estratégico Teruel 2011). Peter contiene 92 medidas que van desde la implantación de empresas para que no huyan los jóvenes al advenimiento de turistas o el asentamiento de población foránea. Para ello, el Par ha acuñado el eslogan Teruel, una ciudad para vivir. Y está dispuesto a publicitar sus atractivos, entre los que se cuentan, según Ferrer, que es una localidad manejable y todo está cerca.

En Marbella van por otro lado. El PSOE ha prometido declararla "ciudad de la filantropía". El plan consiste en aprovechar la presencia en la ciudad de líderes mundiales para implantar foros internacionales humanitarios de ayuda a países subdesarrollados. Con esto, el PSOE intenta transmitir una imagen distinta a la que, hasta ahora, han reflejado de Marbella los medios de comunicación, alejada, ciertamente, de la filantropía.

En Lugo, el PP quiere construir un teleférico (¡qué obsesión con este vehículo!), no para solucionar el tráfico sino para "ver la ciudad desde el cielo"; en Ourense, el BNG propone que los comerciantes de las zonas peatonales se comprometan a echar un ojo para que "los niños puedan ir al colegio o a jugar al parque sin que les acompañen sus padres"; Independents de Puigcerdá proponen un aparcamiento subterráneo (sic)... debajo del lago Puigcerdá; el PP de Córdoba promete un "servicio de telebache eficaz", esto es: el ciudadano que observe un fallo en la calle llama y se arregla en 72 horas. Lo de eficaz va porque el servicio, en sí, ya existe, pero no funciona.

El PNV de San Sebastián quiere construir una casa del surf de referencia internacional y propone cursos de lengua francesa; Y Miguel Sebastián, un macro acuario "oceanográfico" (¡qué obsesión con el mar!) en el reseco y humilde barrio de Villaverde. Ruiz-Gallardón contraatacó con la promesa de introducir gamos en la Casa de Campo.

Aunque, dado el poco terreno que va a quedar libre después de tantos edificios nuevos y tantas promesas electorales, lo más seguro es que estos gamos madrileños, o se van a la playa, o acaban correteando en fila india por alguno de los 1.400 kilómetros de carriles-bici de Esperanza Aguirre.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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