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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Vigilancia y olvido

Montevideano de 1954, Leo Meslíah es músico con más de 30 discos en su haber, otros tantos libros y una docena de obras de teatro. No es frecuente ver obras de este disparatado autor en nuestros escenarios, y por ello es de agradecer que esta compañía arriesgue a poner en escena este texto hermético donde los haya, transparente y opaco a la vez, donde un bar de semisótano alberga fragmentos de una historia (quizás un encuentro) repetitiva según las pautas de una escritura musical.

Una cierta apelación al absurdo, en la que la intrincada situación de arranque no se aclara para nada en el curso de su desarrollo, ni falta que hace, sirve para hilvanar una urdimbre de temores donde es lo que parece porque, al cabo, de lo que se trata es de poner en escena el miedo (con mucho humor, eso sí), ese tipo de miedo que se va convirtiendo poco a poco en temor.

Democràcia en el bar

De Leo Maslíah, por Ornitorincs. Intérpretes, Carles Sanjaime, Diego Braguinsky, Miguel Ángel Romo, Enric Juezas, Pep Chiveli. Vestuario, María Poquet. Iluminación, espacio escénico y dirección, Javier Quintanilla. L'Altre Espai. Valencia

Una escenografía de una muy horizontal barra de bar, sobre la que en una especie de tragaluz se proyectan imágenes de calle en las que tampoco ocurre casi nada, sirve de fondo casi musical a una corta andadura de personajes definidos por lo que dicen, aunque sus tanteos con la expresión verbal no siempre estén destinados al éxito, y así la situación se va complicando con un amago de historia parapolicial acerca de la democracia y el orden institucional que tampoco se concluye. No conozco esta obra de Maslíah, y así ignoro si el brusco final y su escaso poder de clausura obedece al autor o los designios del director, pero en todo caso hay que decir que Diego Braguinsky nunca había estado mejor, ni Carles Sanjaime más contenido que de costumbre, y que todo respira un talento como de media tarde que tiene su brillo pese a las indeterminaciones de su puesta en escena, tan notables como lo que este raro texto sugiere más que dice. Con todo, un riesgo de felices resultados, que podría haber sido memorable de tenerle algo más de fe.

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