El reto democristiano de superar a Codina

Habrá nuevo alcalde en Vic. Es lo único claro de estos comicios en la capital de Osona. La incógnita es saber si será de Convergència i Unió (CiU), el color político hegemónico desde 1979, o de la izquierda. En estas elecciones concurren ocho listas y la dispersión de voto dificultará de hecho cualquier mayoría. Los nacionalistas han relevado, no sin polémica, al histórico y carismático Jacint Codina. Sin un recambio claro en Unió, el tres veces alcalde condicionó su continuidad a la confección personal de la lista, deseo al que Convergència se negó.

Codina rechazó entonces repetir como alcaldable. No esperó hasta la fecha límite de la presentación oficial de las listas, lo que despertó enormes recelos entre la dirección democristiana. Ésta, en un polémico comunicado, reprochó a Codina el prematuro plante y se comprometió a buscar un recambio entre sus filas. Josep Arimany, un médico de la población, apareció como el primer sustituto. Acabó renunciando. Después se planteó la posibilidad de que fuera Ramon Espadaler, presidente del Consejo Nacional de Unió y ex consejero de Medio Ambiente. Pero le pudo más su amistad con Codina, hasta el punto que protagonizó un enconado enfrentamiento públio con Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió.

Duran intervino. Lo hizo con mano de hierro para nombrar a Josep Maria Vila d'Abadal, de apellidos ilustres aunque poco conocido. Vila d'Abadal, que había ascendido rápidamente en la dirección democristiana, hacía meses que había abandonado sus responsabilidades para dedicarse a la agricultura y la ganadería. Aunque no obtenga mayoría, CiU hará todo lo posible por gobernar si el tripartito no le frustra los planes. Para ello, es capaz incluso de inaugurar la sociovergencia. Otro factor que hay que tener en cuenta es la presencia de la xenófoba Plataforma per Catalunya. Tras obtener un edil en 2003, ahora sus perspectivas cotizan al alza.