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Reportaje:BMW X5 | PRUEBA

El mejor todoterreno para viajar en carretera

La segunda generación del BMW X5 ha crecido en tamaño para poder ofrecer siete plazas y es un 4×4 refinado y exclusivo pensado para el asfalto y poco dotado para circular en el campo. Aporta una imagen impactante, una estabilidad y un dinamismo que acercan su comportamiento al de las berlinas de su tamaño, y un completo equipo de serie. Pero tiene unos precios elevados que refuerzan su elitismo.

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Calidad y seguridad

Las mismas virtudes, pero mejoradas. El nuevo X5 presenta una línea más deportiva que realza su carácter, mantiene el comportamiento dinámico que le distingue como el mejor todoterreno de su tamaño para viajar en asfalto, y añade una tercera fila de asientos y un maletero mayor que refuerzan su sentido práctico. Son las armas de un familiar muy completo y también caro (desde 55.100 euros) para competir con los Audi Q7, Mercedes ML, VW Touareg y otros 4×4 grandes de prestigio.

Imagen más deportiva

El X5 fue uno de los pioneros entre los todoterreno de las marcas exclusivas, y su éxito ha superado todas las previsiones: se han vendido 580.000 desde que salió en 1999. Quizás por eso, BMW ha asumido pocos riesgos en esta segunda entrega, que presenta una línea continuista y apenas evoluciona la del modelo original.

La diferencia más llamativa es el tamaño. El nuevo X5 mide 4,85 metros de largo, 18,7 centímetros más, y es 6,1 más ancho. Como también ha aumentado la distancia entre los ejes, presenta una línea sólida, pero más estilizada. Destaca la evolución del frontal, con dos nervios en forma de V que salen del capó y recogen la elocuente parrilla de la marca, unos faros prolongados hacia las aletas y un parachoques liviano bien integrado. Las puertas muestran el pliegue de los últimos BMW y tiene una zaga más baja, porque el techo cae por detrás para fundirse con el portón y rebajar la altura.

Este detalle busca reducir las inercias en las curvas, pero toda la carrocería refleja el esfuerzo por lograr una estabilidad en carretera similar a la de las berlinas de su tamaño. Así, el aumento de dimensiones no impide que pese casi igual que el anterior -utiliza materiales ligeros como aluminio y fibras sintéticas- y tiene una aerodinámica muy eficiente para un todoterreno (CX de 0,33 a 0,34).

Hasta siete plazas

El interior mantiene el estilo ordenado y algo austero de BMW, con un salpicadero moderno que se prolonga en los paneles de las puertas y una consola central que aloja la pantalla de información. El ambiente es frío, pero elegante, los materiales y acabados transmiten calidad, tiene buenos ajustes y está bien insonorizado.

Sin embargo, la novedad más destacada es la tercera fila de asientos, opcional, que permite disponer de siete plazas (2+3+2) si se está dispuesto a pagar su desorbitado precio (2.390 euros). Por lo demás, los asientos delanteros están muy bien resueltos, con una posición alta, buena sujeción en las curvas y un confort sobresaliente. La segunda fila tiene suficiente espacio para las piernas, y la tercera sólo sirve para un apuro (ver foto en la página 15). En cambio, ofrece un maletero mayor, que reduce la carencia del anterior X5, y mejores huecos para objetos.

El conjunto se completa con un comportamiento ágil y eficaz en carretera que, aunque recurre a unas suspensiones algo enérgicas, no penaliza en exceso el confort y permite disfrutar su dinamismo.

Tres motores

El X5 se vende con tres motores, todos más potentes: 3.0 de 272 CV (55.100 euros) y 4.8 V8 de 355 CV (72.700) en gasolina, y 3.0d turbodiésel de 235 CV (56.600). Todos llevan cambio automático secuencial de seis marchas y se ofrecen en acabado único con seis airbags, ABS, control de estabilidad y descenso, sensor de presión de ruedas, climatizador, radio-CD, ordenador de viaje, llantas de aleación de 18 pulgadas, neumáticos antipinchazo y otros detalles. Además tienen una larga lista de opciones que incluye desde navegador y televisión hasta radar antichoque, sensores de aparcamiento...

Conclusión

El BMW X5 es un todoterreno exclusivo que permite viajar en asfalto con el dinamismo y la seguridad de una buena berlina. Tiene una imagen con clase y un interior bien acabado que puede incluir siete plazas, cumple muy bien como familiar y aporta una mecánica de calidad y funcionamiento exquisitos. Pero exige pagar los altos precios de los 4×4 de prestigio.

UN FAMILIAR ELEGANTE Y PRÁCTICO

El X5 mantiene el estilo inconfundible de BMW, con un diseño frío que destaca por su calidad de materiales y abusa de los tonos grises para crear un ambiente elegante y cuidado, pero algo apagado y sin nada que sorprenda. El puesto de conducción es deportivo, con los mandos y la consola central orientados al conductor y unos asientos delanteros con regulación eléctrica en altura e inclinación. Ahora incluye arranque por botón, freno de mano electrónico (se activa con una tecla) y una pantalla de información que recoge también las imágenes de la cámara trasera opcional de ayuda al aparcamiento (506 euros).Las plazas de la segunda fila son correctas en espacio para las piernas, pero las dos de la tercera fila tienen un acceso incómodo y sólo sirven para niños o trayectos cortos: la altura es muy justa, y el precio, exagerado (2.390). En cambio, tiene un maletero mayor: 620 litros en la versión cinco plazas y 200 en la de siete, que sube a 530 si se pliega la tercera fila en el piso, y llega a 1.750 si se recoge también la segunda. Pero faltan huecos: tiene bolsas en las puertas y en los respaldos, apoyabrazos central con cofre, dos posavasos junto al cambio y otros dos más en el apoyabrazos trasero.La zaga, con el techo más bajo y el escape doble, transmite deportividad.

ENTRE LOS 4×4 MÁS CAROS

La versión turbodiésel del X5 tiene unos precios superiores a sus rivales equivalentes y no los justifica con el equipamiento. Ofrece unas prestaciones y un comportamiento superiores a todos en asfalto, y unos recursos más limitados en conducción 4×4. Sólo el Mercedes ML es 100 euros más caro, pero incluye un cambio automático de siete marchas y tapicería mixta de cuero y tela. Los demás son más asequibles, empezando por el Audi Q7, que cuesta sólo 1.000 euros menos, pero tiene dos airbags más (ocho) y una tercera fila más barata (870 euros). La diferencia con los Touareg y XC90, más veteranos, sube a 3.300 euros. El VW sólo se vende con cinco plazas e incluye un equipo de serie similar, pero el 4×4 sueco viene con tapicería de cuero y puede equipar la tercera fila como opción. En cambio, tiene unas prestaciones muy inferiores a los otros cuatro.

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