El ayuno pierde adeptos y Belhadj y El Egipcio dejan la huelga de sed
La huelga de hambre iniciada por los presos del 11-M va perdiendo adeptos y la de sed ha terminado. Rabei Osman, Mohamed El Egipcio, y Youssef Belhadj volvieron ayer a tomar líquidos mientras que Hamid Ahmidan y Abdelillah el Fadual El Akil anunciaron que desistían del ayuno. Los abogados de los huelguistas dieron a conocer la decisión después de difundir un comunicado en nombre de sus clientes, donde aseguran que "prefieren morir a seguir sufriendo" y sostienen que se les considera culpables por cuestiones políticas y mediáticas.
El Egipcio y Belhadj decidieron abandonar la huelga de sed "en señal de agradecimiento" a sus abogados y para demostrar su "respeto al tribunal". "Nunca la intención era presionar al tribunal o suspender el juicio", sino manifestar su "extrema y profunda indignación", así como su temor a que se dicte "una sentencia política influida por la alarma social". Ambos, considerados supuestos ideólogos del atentado, mantienen la huelga de hambre.
El tercer supuesto autor intelectual, Hassan El Haski, explicó por escrito que la razón del ayuno es que, después de dos años y medio de cárcel y tres meses de juicio, aún no sabe cuál es su papel "en este teatro". El Haski se considera víctima de una "persecución policial para servir a ciertos objetivos políticos" y explica, con las mismas palabras que lo hizo Abdelmajid Bouchar, que contra él no hay pruebas, sino "sólo adivinanzas".
"Últimas consecuencias"
Los huelguistas de hambre, que llevan una semana en esta actitud, han mostrado ya signos de debilidad física. Bouchar tuvo que ser bajado a los calabozos para ser rehidratado, justo cuando testificaba su padre, quien decía que si se demostraba que su vástago ha participado en el crimen, prefiere morirse antes que él.
Tras la retirada de El Fadoual y Hamid Ahmidan, hay 12 presos en huelga de hambre, pero al menos otros dos abogados indicaron ayer que esperaban que sus clientes volvieran a comer a partir de anoche.
La carta de los que insisten en el ayuno, elaborada por sus abogados, subraya cómo los acusados se sienten "utilizados como objeto de debate político olvidando que están en juego 40 años de privación de libertad" para algunos de ellos por unos hechos de los que se consideran "absolutamente inocentes". Esto, agregan, les ha llevado a "una desesperación tan grande" que han decidido que prefieren "morir a seguir sufriendo" y que llevarán su protesta "hasta sus últimas consecuencias". Sus defensores resaltan: "Seguimos confiando en su inocencia. No compartimos su decisión, pero la respetamos".
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