A la caza del voto de la pradera
Rosquillas, chotis y seis candidatos que rogaron a san Isidro y tiraron el lazo a los electores
El listón estaba alto. Por la noche tocaba la Pantoja. Pero el escenario era perfecto, una pradera entera para dar besos y abrazos, y una ermita para pedir milagros al santo. Empleo, mejores salarios y ganar las elecciones, rogaron a san Isidro los candidatos. Casi nada.
"Huele a cambio en la pradera", se oye. Lo dicen, detrás del corro, con pañuelo (del PSOE) y parpusa, Rafael Simancas y Miguel Sebastián, que bailan chotis. Los dos andan blandiendo el churro y la rosquilla al fotógrafo de turno. "Es al revés que el Madrid de Gallardón, nada fuera y todo en el centro", se le ocurre al aspirante a la alcaldía. Pero el aludido ya anda lejos. El alcalde llegó a las 9.30 (venía del izado de bandera en la plaza de Colón), bebió agua del santo y se marchó a entregar las medallas de oro de Madrid.
Varios tipos de rosquilla: las tontas, las listas, las pijas... Y en esas aparecen los de IU. "Ángel, ven, no te hagas de rogar", le pide Sebastián. Pero Pérez -que no cree en los milagros, pero pide por si acaso- e Inés Sabanés no hacen concesiones a la tradición. Ni pañuelos ni gorritas. Sobriedad y discurso electoral. Cada uno por su lado. "Yo soy más austera", dice Sabanés, aludiendo a lo que se avecina.
A las 14.30, cuando ya no quedan candidatos, comienzan las carreras. Se oyen gritos: "¡Esperanza, eres la más guapa!". "¡A por ellos!". "¡Estás mejor en vivo que en la tele!". Se baja del autobús la presidenta y estallan sus seguidores. Enfundada en un traje de chulapa naranja y "azul PP", lo lanza: "Simancas no sabe bailar chotis en un ladrillo". Toma ya.
Luego, canta: "Cuando vayas a Madrid, chulapa mía...". Y entonces sucede algo inesperado: el traje -un sueño cumplido, confesó, y confeccionado en la misma tienda que sus compañeras, que habían venido de Alcobendas- produce a la presidenta un extraño efecto. Su acento se transforma. Habla castizo.
Pero ayer se dirimía otra batalla en la pradera. Tiene 22 años. Lleva una camiseta con la foto de su ídolo en el pecho y ha llegado 12 horas antes. Los candidatos no se fijan en ella, pero María también pasa de los candidatos.
-Es la más grande. Es inocente y se demostrará. Pero yo he venido aquí a ver a la Isabel Pantoja artista y no voy a opinar más de ese tema.
Por la noche, en la pradera, actuación bajo fianza.
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