Los Tedax desactivan otro artefacto explosivo en Lugo
"Tenía metralla para hacer auténticos estragos". Así definió un policía el artefacto explosivo que ayer desactivó un equipo de los Tedax en el exterior de la empresa Construcciones Mon en el polígono del Ceao en Lugo. Se trata del tercer explosivo de fabricación casera, primero que se recupera sin estallar, que se coloca en Galicia para amenazar intereses constructivos. La policía cree que la recuperación del artefacto dará un importante empujón a la investigación.
Aunque el modus operandi es el mismo en los tres casos, en el de Lugo, por el momento, no ha sido reivindicado por el grupo Resistencia Galega. De su colocación tuvieron conocimiento varios medios locales que recibieron un correo electrónico indicando la ubicación del artefacto "dentro de una saca de plástico", donde se acusaba al empresario, Manuel Mon, de enriquecerse con aprovechamientos urbanísticos. "Frente a la destrucción de nuestro país, resistencia generalizada", concluía el anónimo escrito en gallego lusista.
Hasta el lugar, el número 94 de la calle Industria, se desplazaron varias unidades policiales que comprobaron la veracidad de la amenaza. Más tarde llegaron los Tedax y miembros de la policía científica que procedieron, tras acordonar la zona y cortar la luz, a la neutralización del artefacto sin necesidad de explosionarlo.
Según un portavoz policial, el explosivo tenía gran cantidad de metralla: "Como tuercas de camión", relató la misma fuente, mezclada con pólvora. También disponía de un temporizador conectado a un pequeño reloj despertador que marcaba la cinco de la tarde. Y es que el aparato tenía a su lado una nota en la que se advertía: "Bomba. Peligro de explosión. Explotará a las cinco de la tarde". "Si lo hubiera hecho los daños serían realmente importantes y las consecuencias impredecibles", añadió el portavoz.
Propaganda y proselitismo
"Sabemos quienes son", precisó el delegado del Gobierno, Antonio Ameijeiras, refiriéndose al grupo que viene protagonizando estos hechos. Ameijeiras atribuyó el hecho a una acción de "propaganda y proselitismo" para, dijo, "intentar conseguir adeptos". "Ellos sabrán a quien se dirigen", matizó.
Mientras, el presidente de la constructora y ex alcalde del municipio lucense de Burela, donde está asentada la sede principal de la empresa, Manuel Mon no conseguía salir de su asombro. "Me sorprende mucho que se utilicen estos medios de presión". "Es una barbaridad utilizar medios terroristas para cualquier motivo", razonó este empresario, que facilita empleo directo a 200 trabajadores y entre 400 y 500 indirectos. Mon, que declaró que nunca había recibido amenazas, no salía de su asombro: "Ha sido un acto totalmente absurdo, sin sentido e ilógico". "Espero que tras la tercera vez que ocurre, no suceda nunca más. Si empezamos con esto en Galicia mal vamos".
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