Zapatero acusa al PP de querer el poder territorial para usarlo contra el Gobierno

En estas elecciones el PP y el PSOE difieren en las razones por las cuales cada uno quiere ganar el poder autonómico y municipal. Así lo entiende el líder de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, que considera que el presidente del PP, Mariano Rajoy, reclama el voto para, desde los ayuntamientos y las comunidades autónomas, "hacer oposición al Gobierno de España". Por eso Zapatero pidió a los ciudadanos ayer en Logroño que den el voto a su partido, que sí quiere mejorar la vida de las gentes en su pueblo, en su ciudad y en su autonomía. Para empezar, Zapatero dejó un reguero de promesas.

Para empezar a abrir boca, Zapatero no se anduvo con rodeos y fue al grano de lo que los riojanos estaban esperando escuchar. El Gobierno de España se compromete, a partir del 1 de septiembre, a liberar el tramo de la autopista entre Agoncillo y Cenicero (40 kilómetros) para que sea gratis. Y, a partir de esa fecha, negociará con el Gobierno de La Rioja la gratuidad de toda la autopista AP-68, que cruza esa comunidad. Los socialistas riojanos esperaban como agua de mayo esa promesa, ya que la comunidad está empapelada de carteles que le recuerdan a Zapatero la misma promesa hace tres años. Bien es cierto que la concesión hubiera acabado en 2011 si el Gobierno del PP de José María Aznar no la hubiera prorrogado hasta 2026.

Tras hacer otra promesa, la implantación de un centro de alta tecnología, acusó directamente al PP y a Mariano Rajoy de "querer el poder de los ayuntamientos y las comunidades para, desde estas instituciones, hacer oposición al Gobierno de España". Por el contrario, según el guión de Zapatero, los alcaldes y presidentes autonómicos socialistas quieren mejorar la vida de la gente, en la sanidad, la educación, las infraestructuras y la vivienda. Todo ello, recordó, puede hacerse desde los ayuntamientos y las comunidades.

El recibimiento que tuvo Zapatero en Logroño fue de una gran calidez. Y empezó con las excusas del candidato a la alcaldía de Logroño, Tomás Santos, porque todos los riojanos que hubieran querido ver al presidente no habían podido hacerlo, ya que "el Ayuntamiento, del PP, no ha permitido que el acto se haga en el Pabellón de Deportes". En efecto, muchos ciudadanos no pudieron entrar al polideportivo de Las Gaunas, en el que se apiñaron 2.000 personas.

Lo cierto es que Zapatero sigue batiéndose en terreno poco amistoso, en términos electorales, toda vez que tanto en Logroño como en la comunidad, el PP cosecha de manera pertinaz mayorías imbatibles. Las expectativas de los socialistas son de una subida notable, aunque los sondeos mantienen al PP y por tanto, al presidente de esta región, Pedro Sanz, muy a la cabeza de la competición. Cierto es que los que votan al PSOE lo hacen con entusiasmo, a juzgar por el ambiente que se respiraba en el polideportivo. El líder del PSOE, ahora y también hace cuatro años, apoya al candidato de los socialistas, Juan Francisco Martínez Aldama, que por segunda vez intenta desbancar a Sanz.

Y los argumentos de Martínez Aldama para atacar a Sanz son similares a los que expuso Zapatero en su intervención: el PP se opone a la modernidad. El jefe del Ejecutivo trató de convencer a los suyos de que el PP no sólo se opone al Gobierno, sino "que se opone a la España actual, la de la modernidad, la de los derechos, la de la igualdad, la de la educación destinada a igualar las oportunidades y no a mantener las diferencias".

Martínez Aldama pidió excusas a Zapatero. Éste se trasladó al Senado, a la Conferencia de Presidentes, del pasado mes de enero. Transcurrida una hora de reunión se supo, con palabras textuales, que Zapatero había hablado de "accidente" al referirse al atentado etarra de la Terminal 4. Tardó, según algunos asistentes, un segundo en reaccionar y cambiar la palabra "accidente" por "atentado". Pero ya fue inútil, porque lo que corrió como la pólvora fue la primera versión. Todos miraron al presidente de La Rioja, "como autor de la grabación de las palabras de Zapatero para luego difundirlas. Sanz siempre lo ha negado, aunque ha dado a entender que no le preocupa que se le atribuya tal acción. "Me importa un pimiento lo que digan"; y al que lo diga, "que le den por ahí". Martínez Aldama se disculpó ayer ante Zapatero en nombre "de muchos riojanos que se avergüenzan de ese comportamiento".