Crisis, sí; rendición, no
El resultado de la Liga no condicionará la renovación de la plantilla del Barça, perfilada ya por Txiki Begiristain
Aunque ha perdido el liderato, el Barça no se rinde en la Liga. Tanto la directiva como el equipo coinciden en que el torneo está muy abierto a falta de cuatro jornadas para su finalización y consecuentemente la renovación del título es tan posible como quedar terceros en la tabla. Así que desde el Camp Nou se impone reaccionar desde la condición de aspirante al tiempo que se mide la reacción del Madrid como favorito. La resolución del campeonato, en cualquier caso, no condicionará la renovación de la plantilla con vistas a la próxima temporada, una tarea que el consejo ha confiado a Txiki Begiristain no sólo por su condición de director deportivo, sino también porque "es el más frío" -palabras textuales de un directivo- de cuantos pueden tomar decisiones sobre el futuro inmediato.
La sensación es que Laporta y Rijkaard han pecado de falta de autoridad
Los acontecimientos pueden forzar la salida de algunas figuras, como Eto'o o Ronaldinho
Tanto al presidente, Joan Laporta, como al entrenador, Frank Rijkaard, les ha podido a menudo su familiaridad con el vestuario. La sensación es que han pecado de falta de autoridad sobre un grupo disperso y mal acostumbrado. Algunos futbolistas han vulnerado reiteradamente las normas de conducta y nadie les ha llamado el orden, ni siquiera los tres capitanes, un papel que Puyol se ha tomado muy en serio mientras Ronaldinho apenas lo ha ejercido. La junta asume el mensaje de la pañolada del domingo pasado en el sentido de que la desidia y la displicencia es tan manifiesta entre ciertos jugadores que se impone una renovación del plantel.
Pese a que, por el momento, las únicas decisiones que se han tomado son la renovación de tres laterales -Gio, Sylvinho y Belletti-, el secretario técnico contempla la negociación de varias bajas -sobre todo de futbolistas llamados complementarios- y propone el fichaje de un medio centro defensivo, un central, un lateral y un delantero centro. El movimiento de la plantilla dejaría en una situación delicada a Begiristain porque las incorporaciones de los dos últimos años han sido poco productivas. La directiva, sin embargo, confía en Txiki y resalta que Rijkaard está al corriente de las altas y las bajas y en sintonía con el director deportivo. "No nos cuestionamos el modelo y, consecuentemente, las directrices deportivas dependen de los técnicos", aseveraron ayer fuentes del consejo. "Más que de las decisiones del entrenador", reiteraron, "se puede hablar de los comportamientos de algún jugador".
La junta no ha cuestionado la figura del entrenador por más que a título individual puede haber directivos que hayan expresado cierta decepción por lo ocurrido este año. El consejo reitera hoy tanto su confianza en Rijkaard que el sábado emitió una nota para desmentir la información que señalaba a Bernd Schuster para ocupar el banquillo del Camp Nou.
Más delicada es la situación de Ronaldinho. El Barça tiene prevista la contratación de un jugador de primera línea para que actúe de reactivo frente al brasileño, Eto'o, Messi y Deco. La continuidad de las figuras, en cualquier caso, está en entredicho y la sensación es que los acontecimientos pueden forzar la salida de alguno y, en especial, de Eto'o o Ronaldinho por las ofertas que se anuncian. El brasileño no ha tenido un buen año futbolístico, mientras que el camerunés desautorizó al entrenador y cuestionó el funcionamiento autogestionario del grupo -los problemas se resolvían con un código interno que estaba por encima de las individualidades- con sus declaraciones en Vilafranca.
Los jugadores, mientras tanto, se justifican. "Nuestro problema es físico, no mental", explica Deco; "la falta de concentración en el gol del Betis es tan imperdonable como fallar las ocasiones que fallamos. No puedes permitir un tanto así cuando te estás jugando la Liga". Al igual que sus compañeros, el portugués se remite al final de curso -"si no ganamos la Liga, podremos decir que ha sido una temporada decepcionante, pero estamos a tiempo de lograr un título importante"- y no baja la guardia: "La situación se ha invertido. Hoy, el líder es el Madrid, pero queda Liga y hemos de tener coraje para dar la cara, sacar el orgullo y luchar por respeto a la afición, al club y a nosotros mismos. Sólo se podrá hablar de fracaso al final y la responsabilidad será nuestra".
A la directiva, sin embargo, se le amontonan los problemas: el filial está a punto de descender a la Tercera División, circunstancia que provocaría la desaparición del equipo C; el juvenil quedó mal parado en la Liga y en las secciones pintan bastos, a excepción del hockey patines. "Podemos hablar de una crisis deportiva, pero no institucional", sentenció un directivo del Barça.
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