El discurso pactado de Basso
El ciclista italiano acordó con el CONI que nunca admitiría públicamente haberse dopado
Ivan Basso cumplió ayer con la segunda parte de las formalidades que le exige su nueva condición de campeón confeso y arrepentido: la ratificación en público, en conferencia de prensa, de lo que en privado, en las oficinas del fiscal antidopaje del Comité Olímpico Italiano (CONI), había confesado: su implicación en la trama de dopaje de Eufemiano Fuentes desarticulada con la Operación Puerto y su disposición a colaborar en las investigaciones. Y aunque su comparecencia desilusionó a la afición, que esperaba una confesión y una descripción completa de múltiples hechos ilícitos, Basso se atuvo al guión previsto y pactado entre sus abogados y representantes con el CONI.
Basso, en efecto, negó tajantemente haber tomado sustancias dopantes o haber recurrido a autotransfusiones, habló de dopaje en grado de tentativa no consumada, dijo que había acudido a Eufemiano en un momento de debilidad y que la sangre que el médico canario guardaba en sus neveras desde el invierno de 2005 estaba preparada para usarse en el Tour de 2006, que nunca pudo correr. El mismo discurso que sus entonces asesores legales, un bufete de Madrid, le aconsejaron que utilizara en julio pasado para lograr una sanción reducida: una confesión pública de dopaje -la misma que hizo en privado a los miembros del CONI y que nunca será conocida- le habría costado una sanción automática de dos años, le habría supuesto que se le privara de la victoria del Giro de 2006 y, lo más temido, le habría conducido inevitablemente a un proceso penal en Italia, donde la ley antidopaje prevé cárcel para los deportistas que se dopen. Mientras el Código Mundial Antidopaje precisa que no hay diferencia entre tentativa y dopaje consumado, la ley penal italiana sí que establece una diferencia y no persigue el intento.
El corredor utilizó el mismo discurso que le aconsejaron en julio en un bufete madrileño
"Sólo he admitido mi responsabilidad", dijo Basso a los periodistas en un hotel de Milán sobre su declaración de cuatro horas el lunes en el CONI. "No me han pedido los nombres de otras personas, de otros corredores, y tampoco se los podría haber dado porque no los sé".
La misma fórmula usada en el caso Basso, y también por Michele Scarponi, otro ciclista implicado que ha aceptado colaborar en Italia, se podría usar también en España, según dijo el secretario de Estado para el deporte, Jaime Lissavetzky, quien considera que hay que animar a los deportistas a romper la ley del silencio y que sería la mejor forma de acabar de una vez con los daños colaterales de la Operación Puerto, uno de los cuales, el más doloroso, es el limbo jurídico en el que se encuentran los corredores implicados, que han sufrido un juicio mediático, que no han sido sancionados por ningún organismo y que, sin embargo, no pueden correr con tranquilidad.
"El Código Mundial establece que habrá reducción de penas para los deportistas que colaboren", afirmó Lissavetzky, quien recordó que la misma medida está incluida en la ley antidopaje recientemente aprobada por el Parlamento español, "pero para estar más seguros hemos solicitado a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que nos lo confirmen con rotundidad".
Las dudas provienen de la interpretación cerrada que del reglamento ha hecho Pat McQuaid, el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), quien volvió a repetir ayer que el Código no prevé ningún tipo de reducción de sanción.
Mientras, la asociación de equipos del ProTour llegó al acuerdo de que ningún equipo podrá alinear en el Giro de Italia, que comienza el sábado en Cerdeña, a ningún corredor citado en las varias listas que se manejan en el ambiente. Así, el Tinkoff ha borrado de su lista a Tyler Hamilton y Jorg Jacksche, y el Caisse d'Épargne a Tino Zaballa y Rubén Plaza.
Sin embargo, la Volta a Catalunya, carrera ProTour que se disputa los próximos días, no tiene previsto vetar a ningún corredor, como Mancebo, Vicioso y Sevilla, que corren con el Relax-Gam. "Esos deportistas no están castigados por nadie y podrán correr aquí mientras la Unión Ciclista Internacional no diga que no pueden correr", afirmó Rubén Peris, director de la carrera catalana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.