El lugar adonde emigran los fantasmas
Desde una óptica rural, el siglo XX español podría describirse como la creación de 1.000 pueblos fantasma. En 1900, el 27% de la población española vivía en pueblos (municipios con menos de 2.000 habitantes), y ahora sólo el 7% permanece allí. La primera cuenta da cinco millones de personas, y la segunda da tres: en efecto, es como si 1.000 municipios de 2.000 habitantes se hubieran convertido en pueblos fantasma.
Los fantasmas se han ido a la ciudad, naturalmente. Si llamamos grandes ciudades a las que superan el medio millón de habitantes, España sólo tenía dos en 1900: Madrid y Barcelona, con algo más de medio millón cada una; ahora se suman Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga. Estos seis núcleos urbanos crecieron continuamente durante el siglo pasado y llegaron a concentrar a 7,4 millones de personas en 1981.
Pero la población censada en las seis grandes ciudades ya no aumenta -de hecho ha bajado de 7,4 a 7,1 millones en los últimos 25 años-, y la razón es que Madrid, Barcelona y Valencia (de momento) lo están poniendo más difícil cada vez. El grotesco precio del metro cuadrado y el arrullo tenaz del martillo neumático han ido invitando a la gente a alejarse 20 o 30 kilómetros de la capital para buscar piso. Este fenómeno de las ciudades dormitorio -que ya no lo son en absoluto- también se refleja muy bien en las estadísticas.
La provincia de Barcelona alberga en realidad 59 ciudades (municipios urbanos), mientras que Ávila, Palencia, Soria y Segovia se quedan en una (por barba, datos del padrón y del Anuario Social de La Caixa). Madrid sólo tiene 33 ciudades, pero algunas son mayores que muchas capitales de provincia, y alojan al 93,6% de la población madrileña (por el 85,6% de Barcelona).
La población de Madrid se ha reducido en los últimos 20 años de 3,2 a 2,9 millones de personas, pero sólo a costa de un simultáneo incremento del censo en sus ciudades dormitorio: de los nueve municipios españoles que más han crecido en los últimos 20 años, seis están en las inmediaciones de la capital. Juntos, estos seis núcleos han crecido en más de 300.000 habitantes, lo que absorbe el 40% de la pérdida de población de Madrid en ese periodo (el otro 60% se ha desplazado probablemente a las otras 27 ciudades dormitorio que no han crecido tanto).
El fenómeno no se restringe a las grandes ciudades. En 1900, las ciudades medianas (entre 100.000 y 500.000 habitantes) alojaban al 3% de la población española (unas 600.000 personas). España tiene ahora 29 ciudades medianas -entre ellas Murcia, Córdoba y Bilbao-, y juntas alojan al 24% de la población (9,4 millones de personas).
El 70,4% de la población reside ahora en ciudades (más de 10.000 habitantes), y el resto lo hace en municipios semiurbanos (de 2.000 a 10.000) o en pueblos de menos de 2.000 habitantes.
El servicio de estudios de La Caixa ha detectado últimamente "un suave incremento (seis décimas) de la población urbana en la costa".
Mientras tanto, en ningún sitio hay más pueblos que en Salamanca (352), ni más habitantes rurales que en Cuenca (28,9%).
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