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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Velas y jergas

Llevo toda la semana viendo en Teledeporte (TDT y Digital +) las regatas Louis Vuitton de la Copa del América y mi primera conclusión es que no es fácil aficionarse a este deporte, que actualmente causa estragos en las élites de la globalización realmente existente. No sólo es que carezco de recursos para ser propietario del barco más modesto; sobre todo, es que carezco del lenguaje mínimo para subirme a bordo y llamar las cosas por su nombre.

Empecé a seguir estas regatas picado por la curiosidad literaria, excitado por el audio. Un deporte que habla todo el tiempo de vientos y mástiles, barlovento y sotavento, empopadas y génovas, botalones y quillas, velas de cuchillo, de abanico, bastardas o tarquinas, y así hasta esos 45 trapos esponsorizados que pueden usarse por regata, por fuerza mayor tenía que ser un deporte épico. Ese lenguaje marinero me sonaba al de aquella literatura juvenil del género "velas blancas, selvas verdes y series negras" que me aficionó a la fantasía cuando no existían los digitales efectos especiales y entonces todo era tan analógico como el viento.

Pues bien. Salgo de esta semana de regatas valencianas sin haber entendido nada del reglamento de la Copa del América (excepto las estupendas crónicas de Javier Martín), con el lenguaje todavía más anglosajonizado y el patriotismo naufragado en esas boyas de barlovento y que luego de los virajes del Desafío Español no sabe empopar con destreza.

Entiendo que el idioma de la globalización sea el inglés. Pero no deberíamos olvidar que la mayoría de esos términos de la Copa del América no sólo existen en castellano clásico, sino que han sido inventados por aquella nada elitista marinería española cuando atravesaba océanos sin despeinarse, como demuestran las prosas profundas y subordinadas de Rafael Sánchez Ferlosio, que sabe llamar por sus nombres antiguos todas las viejas artes de la marinería. Otra cosa es que la publicidad financiera de las velas hable exclusivamente la lengua de la globalización y que a bordo del Desafío Español, infanta incluida, las órdenes y comentarios sean en jerga inglesa.

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