"El programa quiere ayudar a sentirse mejor con una misma"
Juanjo Oliva (Madrid, 1971) alterna esta temporada su trabajo de diseñador y sus desfiles en algunas de las más conocidas pasarelas con la labor de presentador del programa de Cuatro Desnudas (viernes, 23.00). Con sus consejos de moda y maquillaje y su empatía enseña a mujeres acomplejadas y a disgusto con su cuerpo a sentirse mejor consigo mismas. Les hace un cambio radical, con armas a disposición de cualquier bolsillo: ropa, maquillaje y un peinado favorecedor.
P. ¿Intenta Desnudas acabar con los cánones de belleza a los que estamos acostumbrados?
R. El canon de belleza es algo que decide la mayoría, no es malo tener modelos. Pero eso no implica que el círculo se cierre tanto que sólo exista eso. También hay que ver otros tipos de belleza, la belleza de los 50 años y la de los 15; la belleza de no tener una talla 36 sino una 44. A todos nos gusta diferenciarnos y tener personalidad, ¿por qué asumir el mismo modelo de belleza?
P. ¿Qué se necesita para sentirse guapo?
R. No confundirse con comparaciones, que son odiosas, sino intentar sacar adelante la individualidad. El mensaje de este programa es defender lo mejor de uno, aunque no salga en las portadas de las revistas. El programa quiere ayudar a sentirse mejor con una misma, a que se dedique tiempo para una. Sentirse guapa es sentirse bien, puedes tener los mejores peluqueros y maquilladores del mundo y estar como Britney Spears.
P. Usted hace también un poco de psicólogo con las participantes.
R. Hace mucho tiempo que me di cuenta de que todos necesitamos atención. El interés que te muestran los demás ayuda. Hay que escuchar a la gente. A veces se llega a estas situaciones porque nadie te escucha o porque la persona considera que no es importante. Lo que no hay que olvidar es que muchas veces no nos dicen cosas bonitas, y eso hay que potenciarlo y también pedirlo. Nos ayuda a sentirnos mucho mejor.
P. En Desnudas enseña a sacar partido de lo que tienen.
R. Sí, todos necesitamos consejos, que nos digan lo que nos sienta bien y lo que no. Es una cosa que se ha perdido con el tiempo, antes la gente iba al sastre o a la modista y le asesoraba, y ahora vas a comprar una camiseta y nadie te dice nada.
P. ¿Después del proceso las mujeres superan sus complejos?
R. Yo las he puesto en el camino, las he mostrado ejemplos asequibles y tiendas normales. Las he enseñado qué le pueden pedir a cualquier peluquero. Muchas de ellas lo primero que hicieron después del programa fue ir de compras, no querían saber nada de su ropa de antes. La experiencia ha funcionado muy bien, los formatos de autoayuda a mí me parecen muy positivos, y éste en especial anima a que la gente vea la moda más cercana.
P. Una parte del programa es escuchar los comentarios que la gente hace de una foto de las participantes en un cartel gigante puesto en la calle. La gente hace observaciones muy positivas. ¿Están seleccionadas aposta?
R. A mí también me ha llamado mucho la atención esa parte del programa. Sorprende lo bien que reacciona la gente ante la fotografía. Algunos comentarios los hemos quitado, pero por ser incluso demasiado positivos, gente que nos pedía, por ejemplo, el teléfono de las chicas. Hoy en día consideramos complejos muchas cosas que no lo son, y escuchar lo que los demás piensan de nosotros es una buena terapia. Puede abrir los ojos.
P. ¿Es Desnudas una respuesta al programa de Antena 3, Cambio radical?
R. Yo conocía ese programa en su versión estadounidense, Extreme makeover. Como formato televisivo lo encuentro demasiado fuerte, no está en absoluto entre lo que yo busco como espectador, pero no estoy en contra de la cirugía estética. La veo como una posibilidad más, pero primero hay una serie de pasos que hay que dar para sentirse bien, y si no se llega a conseguir quizá pensar en esa opción. Sin embargo, la cirugía es una posibilidad que considero demasiado radical. Yo creo más bien en una evolución.
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