'La chapu'
TANTO METERSE CON ZAPATERO por antiespañol, tanto criticarle, ¿y qué hay más español que la chapuza, hoy conocida en todos los ambientes como la chapu? A la espera del último viaje del Estatuto catalán, y con las declaraciones de Pasqual Maragall sobre el Estatut, puede considerarse que los ímpetus del inicio de legislatura sobre la España plural han sido un mixto entre la serie Manos a la obra y los obreros de broma de Gomaespuma, que empiezan diciendo "esto se lo arreglo en un plis plas" y acaban con "he hecho lo que he podido, pero es que ya me dirá quién le hizo la obra anterior: lo dejó todo hecho una calamidad". Por fortuna (para Zapatero), el PP tiene una capacidad de unir a la izquierda que para sí quisiera cualquier secretario de organización.
El PP tiene una capacidad de unir a la izquierda que para sí quisiera cualquier secretario de organización
Donde sí están bien organizados es en la Casa Real. Ha habido ahora una punta de trabajo: ha habido nieta. Pero queda todo muy bien organizado porque coincide en el otro extremo del año de la segunda punta de trabajo: el discurso de Navidad. Eso es llevar bien la agenda. ¿Qué hay este año? Navidad y niño. Una cosa en mayo, otra en diciembre. Organización. A los muy quisquillosos, un discurso al año puede parecerles poco. O un nieto al año. Pero precisamente esa escasez convierte el trabajo en más estresante. Escribiendo un artículo cada semana, mira, quieras que no, piensas: esta semana me ha quedado un churro, pero la semana que viene ya mejoraré. La semana siguiente dices: bueno, tampoco está tan mal. Después: mientras no te digan nada... Al final te queda un artículo legible cada tres o cuatro meses. Es mala media. Aunque triplique la media real, es mala media. Pero te permite ir más relajado que haciendo un discurso al año en el que conectan todas las televisiones y lo comentan todos. Imaginemos que todos los periódicos, un día al año, publican el mismo artículo. Al día siguiente lo comentan los partidos políticos, que es una tradición graciosísima: "El PNV lamenta la sintaxis". "Los socialistas valoran positivamente las comas". "El PP deplora el título".
Lo mismo sucede con los hijos. Quien más, quien menos, o ha sido hijo o ha tenido uno. Sí, pero no hay que someterlo a examen público universal. Como mucho, hay que aguantar a la familia del cónyuge en la subasta de parecidos: la nariz es tuya; el ojo, del abuelo; las orejas, de la madre. Vale. Pero ahí acaba. En la Casa Real, un nieto al año, pero hay que clavarlo porque todos hablan. Y se llamará Sofía. Fenomenal. Así se ahorran nombres. Para que luego digan que la Monarquía es cara.
El fracaso de los ímpetus de la España plural ha sido, seguramente, no encontrar acomodo a Pasqual Maragall. Lo lógico habría sido hacerle rey. Lo malo es que la plaza estaba ocupada. Pero nadie negará que habría podido ser un rey perfecto. Los socialistas, desde luego, firmarían con que hablara solamente una vez al año, a fecha conocida, valorar positivamente su discurso al día siguiente, y a otra cosa. Nos pongamos como nos pongamos, la Monarquía tiene múltiples ventajas.
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