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Juicio por el mayor atentado en España | 11-M
Columna
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¡Tongo! Mismo perro, distinto collar

"Presidente -dijo no sin sorna el periodista- ya tiene usted la sentencia". Se acababa la sesión tras las presuntas revelaciones de Kamal Ahbar. Este hombre vestido de blanco, cabello negro azabache hasta los hombros y barba afilada, con un cierto aire a Osama Bin Laden, había introducido el suspense en una sala adormilada por unas sesiones de ficción.

Detenido en diciembre pasado por organizar el reclutamiento con destino a Irak de potenciales yihadistas -terminología más apropiada que la de radicales islamistas según el presidente, Javier Gómez Bermúdez- Ahbar repitió lo que asegura ya ha declarado en enero pasado al juez Juan del Olmo -instructor también del sumario de la llamada Operación Sello II-, a saber: su película sobre los atentados del 11-M. Las secuencias, dijo ayer, le fueron contadas por dos de los presuntos autores huidos: Daoud Ouhane y Mohamed Afallah. Este hombre les ayudó a huir de España y mantuvo contacto con ellos en Bélgica y Turquía. Del tercero, Said Berraj, cuando la fiscal Olga Sánchez le preguntó por su paradero, exclamó:

- "Ha muerto, que en paz de descanse".

Tanto Ouhane como Berraj, según Ahbar, murieron en Irak. Pero no sabe qué ha sido de Affalah, quien fuera chófer de otro de los autores, Alekema Lamari.

Según Ahbar, los responsables de organizar los atentados fueron los siete que se suicidaron en Leganés, los huidos Ouhane - "dejó dos mochilas en los trenes", aseguró- y Affalah, toda esta operación con la ayuda de Antonio Toro, Emilio Suárez Trashorras y Rafá Zouhier.

Ahora bien: ¿Dónde se comenzaron a preparar los atentados? Nuestro testigo asegura que en Valencia. ¿Y por quién? Por Safuan Sabagh, un ciudadano sirio que regenta una tienda de pollos asados, amigo de Alekema Lamari y de Abdelkrim Benismail. Fue él quien, según el testigo, proporcionó los teléfonos móviles y recayó en el confidente policial Cartagena, "un espía", la conexión de los cables para usar como temporizadores.

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Sabagh ha sido la obsesión del letrado defensor de los acusados Jamal Zougam y Basel Gahlyoun desde que comenzó el juicio oral. Este pollero, que fue detenido y acusado de colaboración con banda armada en el sumario del 11-M, quedó en libertad más tarde. Hace muy poco, el 16 de abril, prestó declaración. El citado letrado intentó mostrar que Alekema Lamari había salido de prisión antes de tiempo por razones extrañas -¿acaso por colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia?, cosa que no se atrevió a sugerir directamente- y terminó preguntando a Sabagh si había colaborado con alguna operación policial o pertenece a algún servicio secreto.

-"¿A cuál? Me han acusado de varios", replicó Sabagh.

Todo está muy claro. Sabagh, según fuentes policiales, puede haber colaborado con el CNI. Y entonces, los conspiradores abandonan ETA e introducen otra versión: han sido los servicios secretos españoles que controlaban a los que iban a ser los autores del 11-M. Kamal Ahbar es un hombre muy acostumbrado a leer el periódico de los conspiradores. ¡Elemental mi querido Watson!

Kamal Ahbar
Kamal AhbarSCIAMMARELLA

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