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Reportaje:

El futuro del mundo rural, a debate

Los pueblos pequeños, que recibirán 3.570 millones, diseñan nuevas estrategias de desarrollo

Ginés Donaire

Vivir en un pueblo ya no es una rémora. Tradicionalmente, los pobladores de las zonas rurales se consideraban ciudadanos de segunda por la carencia endémica de equipamientos y servicios básicos y, en definitiva, de oportunidades. Aunque es verdad que los estudios demográficos siguen constatando un desequilibrio entre el crecimiento de las grandes ciudades y zonas del litoral andaluz y el retroceso de los núcleos más pequeños y con peores accesos, no es menos cierto que la marca rural empieza cada vez a ser más apreciada o, al menos, ya no se utiliza de modo peyorativo.

"El futuro está en el medio rural, nosotros somos la alternativa a los problemas de calidad ambiental y de tráfico de las ciudades", apunta Miguel Castellano, alcalde socialista de Loja (Granada) y presidente de la Asociación Rural de Andalucía (ARA). En esta asociación se integran los 50 grupos de desarrollo rural de toda la comunidad que en estos días se encuentran diseñando su futuro más inmediato gracias a la iniciativa de la Junta de Andalucía denominada Nueva EstrategIa Rural de Andalucía (NERA).

"Los desequilibrios vienen por la pérdida de servicios, en comunicaciones, nuevas tecnologías"
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Alcalde y joven

El debate, que pretende implicar a todas las capas sociales de la población que vive en los pueblos más pequeños, no es baladí, pues esas 50 asociaciones de desarrollo rural representan al 85% de los municipios andaluces, a casi el 90% del territorio de la comunidad y la mitad de la población de Andalucía (casi cuatro millones de habitantes). Tampoco es desdeñable el volumen de recursos públicos que van a manejar estos grupos en el actual marco comunitario 2007-2013: 3.570 millones de euros entre las ayudas comunitarias del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), los del Ministerio de Agricultura y los de la Consejería de Agricultura.

"Lo que queremos es hacer una reflexión desde abajo, desde los territorios locales, para llegar a saber qué significa vivir hoy en un pueblo rural y qué potencialidades de desarrollo existen", asegura José Román, director general de Desarrollo Rural de la Junta y promotor de los encuentros que en estos días están implicando por toda la geografía andaluza a empresarios, agricultores, cooperativas, asociaciones de mujeres, de jóvenes y, en general, a todos los sectores que tienen algo que decir sobre el mundo rural.

Román precisa que se trata de una estrategia integral donde se tengan en cuenta las políticas de todas las Administraciones públicas que revierten en el medio rural. "Los ciudadanos perciben que la Administración no está coordinada", admite el director general de Desarrollo Rural. En la nueva Ley de Desarrollo Sostenible y Medio Rural que prepara el Gobierno se van a integrar políticas de 12 ministerios.

Pero, ¿qué ha fallado hasta ahora? "Los desequilibrios vienen por la pérdida de servicios, en comunicaciones, nuevas tecnologías, etc, que ha hecho que nuestros jóvenes se vayan a las ciudades por falta de expectativas", señala el empresario Miguel Haro, presidente del grupo de desarrollo rural del Levante almeriense, que agrupa a 13 municipios con una baja densidad y elevada dispersión de la población en aldeas y pedanías. El nuevo Estatuto de Autonomía alude al desarrollo rural en su artículo 202, y señala que el objetivo debe ser fijar la población del mundo rural y mejorar su calidad de vida.

Desde la Junta se admite que no se ha logrado frenar la pérdida de población en los pueblos más pequeños y con menor dinamismo, pero se recalca que la situación no es comparable con el éxodo rural de hace algunas décadas. José Román destaca la creación de 14.000 empleos que han generado los 7.000 proyectos promovidos por los 50 grupos de desarrollo rural de la comunidad andaluza en el anterior quinquenio.

Aunque no se puede establecer un patrón común para definir el medio rural por la heterogeneidad del territorio andaluz, sí que se han establecido los ejes sobre los que cimentar la nueva estrategia de desarrollo: la diversificación económica para huir de la dependencia del sector primario, el desarrollo sostenible, la mejora de las explotaciones agrarias y el apoyo a los recursos endógenos de cada zona.

En este sentido, Miguel Haro llama la atención sobre el hecho de que más del 40% de los proyectos que subvencionados por el grupo del Levante almeriense están promovidos por mujeres y jóvenes, un denominador común de otras muchas comarcas. Y eso que apenas una cuarta parte de los jóvenes con alguna carrera universitaria se queda en su comarca de influencia.

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