Cuatro horas de 'botellón' a 25 metros de los agentes
El segundo día de disturbios en el barrio de Malasaña (Centro) se dio una clara paradoja, fruto de una planificación de la policía que dejó huecos. Unos 25 agentes municipales se centraron en custodiar la plaza del Dos de Mayo, mientras unos 3.000 jóvenes realizaban botellón (consumo de alcohol en la calle) a escasos 50 metros de la zona clausurada. Desde las diez de la noche, jóvenes de todas las edades se fueron concentrando en la calle de la Palma, Dos de Mayo y San Andrés, ante la pasividad de los agentes.
Los jóvenes comenzaron a llegar sobre las diez de la noche y se fueron colocando en la calle de la Palma detrás de los bolardos con sus tetrabriks de vino y sangría y botellas de alcohol de todas clases. La policía les veía desde las vallas colocadas para impedir la entrada a la plaza y no hizo nada: ni denunciar ni impedir que se quedaran en esa zona.
Conforme avanzaba la noche, los jóvenes fueron ocupando la calzada, lo que dificultaba la circulación incluso de personas. Después se expandieron por las calles del Dos de Mayo y San Andrés. Mientras, la plaza estaba completamente vacía.
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