Con móvil desde los cinco años

Marta Mora Pahissa tiene nueve años y móvil desde los cinco. Empezó compartiéndolo con su hermano mayor. Su móvil no tiene Internet y sólo lo usa "para llamar a mamá". Dos de sus amigas tienen teléfono. Siempre lo desconecta cuando entra en clase. Carmen Pahissa, su madre, explica que el móvil de Marta no tiene cámara ni conexión a Internet y es de contrato.

"Confío en ella", dice al referirse al saldo. "Es una forma de tenerlos localizados y de avisarlos si llego tarde a buscarlos", añade. Jordi, el mayor, tiene móvil desde los seis años. Cuando llega a clase, lo pone en silencio. Su teléfono es de tarjeta. Su madre le pone 10 euros cada dos semanas. "No están obsesionados ni con el móvil ni con el Messenger", dice con voz tranquila la madre. Y añade: "Los amigos de Jordi todavía me llaman al mío".M01 se lanzó en Navidad. Se han vendido 20.000 unidades. En la calle ya hay 10.000 más y en verano sale una versión con cámara y MP3. M01 no es un teléfono cualquiera, sino un móvil pensado para niños y diseñado por Imaginarium y Telefónica. Hay padres que lo han comprado para niños de cuatro y cinco años, según explican en Imaginarium.

Vodafone calcula que en España hay dos millones y medio de niños entre 8 y 14 años y cómo mínimo la mitad disponen de móvil. El fenómeno es imparable y cada vez es menor la edad de iniciación. Las operadoras y los fabricantes de estos teléfonos adaptados para menores consideran que es mejor que el niño use un móvil especial que un móvil de adultos. "Las funcionalidades están restringidas. El padre dispone de un PIN para delimitar los números a los que llama", explica Pablo Barallat, responsable del segmento infantil de Vodafone.

Ni la propuesta de Vodafone, Mini Disney, ni la de Telefónica Móviles, M01, disponen de conexión a Internet. "Evitamos que el niño use productos de adulto. Por definición no tienen teclado y no pueden enviar mensajes SMS, que es lo que crea adicción", afirma Lucía Pérez, responsable del proyecto de telefonía móvil de Imaginarium. "Si decidiéramos incluir Internet sería sólo en sitios que previamente habríamos visionado", añade.

La palabra clave es adicción. Son muy pocos los estudios médicos sobre el impacto del uso del móvil en el ser humano. Un estudio de la ONG Protégeles para el Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid estima que aproximadamente 1 de cada 1.000 usuarios tiene problemas de adicción: al menos 35.000 personas en España.

El estudio de Protégeles, a partir de 2.000 encuestas en colegios entre menores de 11 a 17 años, establece que el 24% de los consultados usa el móvil casi a diario para realizar llamadas y envía mensajes SMS casi cada día; que uno de cada cuatro menores envía entre 10 y 20 mensajes cortos durante el fin de semana; que casi la mitad de los niños con móvil del estudio gastan menos de tres euros semanales y el 34% invierte entre tres y cinco euros.

Mimetismo

"Lo que puede pasar es que algunos adolescentes usen el móvil o el chat de forma compulsiva porque no tienen otras formas de comunicación", explica Josep Toro, psiquiatra y psicólogo. Y añade: "El niño quiere tener móvil porque la mayoría tiene".

No es el caso de Roger Rabal. Con 10 años, no quiere móvil. "Porque no sirve para nada, porque ya tenemos uno fijo en casa y pagamos menos", asegura convencido. En su clase hay tres niñas y un niño que llevan móvil. Y su hermano mayor también tiene. "Todo el día hace no sé qué de perdidas y envía mensajes".

Para Toro el problema es que el exceso de uso del móvil, cuanto mayor es la dedicación, implica dejar de hacer otras cosas. "La necesidad ahora es puramente por imitación. Un adolescente que hace una vida escolar normal, no lo necesita", subraya. Y concluye: "Tener permanentemente en el bolsillo un móvil no lo necesita ni un adulto".

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