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Reportaje:Béisbol

Los Realejos, la meca del béisbol

Los Marlins de Tenerife, con 400 niños en su cantera, hacen español un deporte de inmigrantes y exportan jugadores a EE UU

Todas las tardes, una pandilla de niños asalta, con bates en ristre, la calle Uruguay, en la apacible localidad de Los Realejos, en la alta y acantilada costa norte de la isla de Tenerife. Se calzan los guantes y empiezan a jugar y a soñar en ser lanzadores y bateadores de béisbol. Entre las risas y los gritos, se escuchan palabras comunes entre los peloteros como strike -cuando un bateador falla un golpeo en su zona- o home run -un bateador logra una carrera tras, por ejemplo, golpear la bola fuera del campo-, en un spanglish con un fuerte acento canario.

Los chavales intentan emular a sus ídolos, que se entrenan muy cerca de allí, en el campo de El Burgado. Los jugadores de los Marlins del Puerto de la Cruz, campeones en los años 2005 y 2006 de la Liga Nacional de Béisbol, son los motores de la popularización en la isla de Tenerife de un deporte que es minoritario en el resto de España.

Tres jugadores canarios han logrado 45.000 euros, casa y formación académica en EE UU
El Centro Insular de Béisbol ha costado 600.000 euros al Cabildo en su primera fase

La cantera del club ha atraído a 400 niños para sus escuelas de formación y, con eso, todos los equipos inferiores de los Marlins son, actualmente, campeones españoles. El éxito de los Marlins y de su cantera ha saltado las fronteras. Algunas de sus jóvenes estrellas fueron, recientemente, fichadas por equipos del todopoderoso béisbol estadounidense.

"Cuando los niños tocan los guantes o sienten la emoción inigualable del primer bateo, les entran una hormiguita por el béisbol a la que ya no pueden resistirse". Así explica el empresario Luis Domínguez, presidente del club, la gran participación de los niños en contra de los prejuicios iniciales causados por el desconocimiento de las reglas y de la técnica propias del béisbol.

Los Marlins cuentan con muchos aficionados entre los emigrantes canarios retornados de Venezuela y los hijos de inmigrantes cubanos, dominicanos y estadounidenses que se han instalado en las islas. Domínguez dice que los niños canarios "han encontrado en el béisbol la ventaja de que es un deporte de rápida ascensión a torneos nacionales y europeos", a diferencia de otros deportes mayoritarios como el fútbol o el baloncesto. Algunas de las jóvenes revelaciones de los Marlins han dado un paso más allá y han volado hacia Estados Unidos a cambio de formación universitaria y dinero. Xavier González, shortstop de 17 años, elegido mejor jugador del último mundial juvenil de béisbol; el out field Yan Carlo Franco, de 17 años; y el tercera base Lesther Galván, de 16 años, fueron fichados esta temporada por el equipo estadounidense de los Twins de Minnesota.

Los ojeadores del equipo de la Major League Baseball (MLB), la principal organización del béisbol estadounidense, quedaron entusiasmados con el talento de los juveniles de los Marlins en las competiciones europeas. Los jugadores canarios ganaron 45.000 euros, cada uno, por cambiar de país, y tienen garantizado, por contrato, el sueldo, casa y formación académica en los Estados Unidos. El lanzador Eric González, de 20 años, también ha dejado los Marlins por una valiosa beca en la Universidad estadounidense de Arizona, a cambio de formar parte del equipo de béisbol de la institución.

El presidente de los Marlins del Puerto de la Cruz, Luis Domínguez se siente "muy orgulloso" del contratiempo de perder a cuatro jugadores importantes justo al comienzo de la temporada, y espera que el triunfo de sus juveniles en tierras norteamericanas será un aliciente más para que crezca la afición al béisbol en Canarias.

Domínguez apunta como principal artífice de la promoción del deporte a Néstor Pérez Suárez, entrenador cubano, nacionalizado español. Big Show, como es conocido el técnico por todos, es entrenador de los Marlins y seleccionador nacional juvenil. Hace 12 años, huyó de Cuba para que su hijo Néstor Pérez Alonso tuviera la libertad de jugar cinco años con los Devil Rays de Tampa Bay, en Estados Unidos. Ahora, el profesor Big Show, con 57 años, reparte su sabiduría de pelotero en los polideportivos de Santa Cruz de Tenerife, acompañado de su hijo Néstor, jugador de los Marlins.

El impulso de las enseñanzas del entrenador cubano aupó a los Marlins, que ahora tienen un presupuesto anual de 300.000 euros, financiado por subvenciones y empresarios locales, y un moderno Centro Insular de Béisbol en Puerto de la Cruz que, sólo en su primera fase, ha costado 600.000 euros al Cabildo insular. Los Marlins de Big Show atraen una media de 500 aficionados a cada uno de sus partidos y, lo más importante, han conseguido transformar al tradicional deporte del béisbol, marginal en España, en deporte de moda entre los chiquillos tinerfeños.

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