Más naranja que nunca
Si cursas estudios en la École Normale Supérieure y en el Institut d'Études Politiques de París, estás casi predestinado a ser importante en el cerrado mundo de los negocios franceses. Jean-Marc Vignolles cumple con la norma. Desde que se incorporó, en 1983, a France Télécom ha ido escalando en el organigrama de la empresa, que, junto a Electricité de France (EdF), son el emblema empresarial del país y orgullo del Estado, que controla la mayoría de su capital.
A sus 53 años acaba de ser designado como consejero delegado y máximo responsable ejecutivo de las operaciones de la multinacional francesa. Reemplaza a Belarmino García, que, una vez digerida la compra de Amena por Orange -la marca bajo la que opera FT-, y completada la integración de los negocios fijo y móvil, ha decidido cambiar de aires e intentar reconducir el grupo Vocento. El relevo confirma el tópico de que los grandes consorcios franceses controlados por el Estado, para bien o para mal, quieren franceses para presidir sus filiales.
Vignolles, casado y con dos hijos, es aficionado al fútbol, al tenis y al montañismo. No le vendrá mal ese hobby. Porque tiene la difícil tarea de consolidar el grupo en un momento de máxima competencia en todos los frentes. En el negocio del móvil, Orange sigue siendo el gran perdedor de la batalla de la portabilidad, ya que sus rivales Vodafone y Movistar le arrancan mes a mes clientes. Con todo, el conflicto más grave es el que le enfrenta a su antiguo socio Euskaltel, que, tras firmar con Vodafone para convertirse en un operador móvil propio, le ha arrebatado el 45% de los clientes en el País Vasco.
En el área de acceso a internet debe lidiar con Telefónica, que sigue liderando de lejos el mercado gracias a su oferta de ADSL, y con los cableoperadores encabezados por Ono.
Pero Vignolles, que ocupará oficialmente su cargo el próximo 1 de julio, tiene un buen bagaje para la brega gracias a su experiencia polaca. Cogió en 2001 PTK Centertel, la filial de telefonía móvil de France Télécom en Polonia con una cuota del 21%, y cuando la dejó, a finales del año pasado (ya con la marca Orange), tenía el 34,2%, liderando el mercado del país. Ese liderazgo coincidió con el cambio de marca de los servicios móviles de PTK Centertel a Orange.
A Vignolles le toca ahora convencer a los más de 42 millones de abonados de telefonía móvil que hay en España de que hacerse naranja tiene sus ventajas.
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