La revancha convergente
Mas aúpa a Trias como 'alcaldable' por Barcelona para romper la "concentración de poder" en manos socialistas
Por primera vez en unas elecciones autonómicas, Convergència i Unió (CiU) ganó en la ciudad de Barcelona. El pasado 1 de noviembre, los nacionalistas obtuvieron 208.000 votos, 36.300 papeletas más que el Partit dels Socialistes (PSC). Esta ventaja electoral aporta al candidato Xavier Trias un motivo más para la esperanza y poder ofrecer a su partido la tan codiciada y hasta ahora esquiva alcaldía barcelonesa. "Si saco un concejal más que los socialistas seré alcalde", comentó ayer un convencido Trias en un almuerzo que compartió con periodistas junto al ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol y el líder de CiU, Artur Mas. Una victoria que, en palabras de Pujol, supondría el "golpe de timón" que necesita, dijo, la política catalana.
Para los nacionalistas ha llegado la hora de combatir la nociva, en su opinión, acumulación de poder institucional en manos de la izquierda y, sobre todo, en torno al Partit dels Socialistes. Es decir, los gobiernos central y catalán y los principales ayuntamientos de Cataluña. En Barcelona, recuerdan, el PSC ha copado la alcaldía durante los últimos 28 años. "Que tan pocas manos manden sobre tantas cosas en Cataluña va en perjuicio de los catalanes", afirmó Mas. "Es absolutamente urgente romper la concentración absoluta de poder de la calle de Nicaragua [sede del PSC]", abundó el alcaldable.
Pero Trias no pide el cambio porque sí. Además de las múltiples razones de índole municipal, que irá desgranando durante la campaña electoral con especial énfasis en materia de asuntos sociales, los dirigentes de CiU aseguran tener motivos nacionales, de país. Aunque Mas y Trias procuran evitar expresiones como "segunda vuelta" o "revancha" de las autonómicas -la izquierda les arrebató la presidencia de la Generalitat pese a la ventaja en número de escaños-, sus palabras públicas delatan sus intenciones. Ayer por ejemplo, Mas abogó por un alcalde nacionalista al frente de la "alcaldía de Barcelona" para suplir el "liderazgo nacional" al que "ha renunciado" el presidente de la Generalitat, José Montilla. "El alcalde de la capital catalana ha de hacer de altavoz institucional del país, y Trias puede porque es una persona catalanista e independiente de los poderes estatales", agregó el dirigente nacionalista.
Con este objetivo, a pesar de que CiU presenta candidaturas en 920 municipios catalanes, la cúpula nacionalista se volcará en la campaña de Barcelona. La gran incógnita, y que ninguno de ellos se atreve a despejar, es la política de alianzas a la mañana siguiente de las elecciones. Quizá porque en las pasadas autonómicas ya salieron escaldados. En cualquier caso y, al menos públicamente, Trias no cierra la puerta a un pacto con el republicano Jordi Portabella, a quien ve absolutamente dispuesto a aliarse con quien sea con tal de mantenerse en el gobierno municipal.
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