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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El peso de la vida

En uno de sus discursos tras la concesión en 2005 del Premio Juan Rulfo, Tomás Segovia (Valencia, 1927) vino a decir que siempre se ha esforzado por hacer una poesía "interpretable" que, por encima de añadidos y códigos, sea entendida en su contexto, ya que nada puede ser interpretado al margen, "pues la vida entera es un tejido". Y va más allá cuando afirma su creencia en el "uso" de la literatura, entendido no sólo como el sentido que surge de esa puesta en contexto, sino que también es "con-texto el mundo al que se confronta el texto". Por lo tanto, "si el poema toma sentido en el contexto del mundo real, es claro que al lector le sirve para iluminar o siquiera confrontar ese mundo real". Ésa es la práctica de la poesía, el sentido que nace de su implicación con la realidad, una poesía en "contacto con la impura vida de los impuros mortales". Ese núcleo de su obra se ratifica y se hace más preciso en sus últimos libros, como así lo expresa 'Zarabanda', uno de los poemas de Llegar: "Y era todo de amor mi parloteo / El amor luminoso y sin batallas / No dice su felicidad / la usa".

LLEGAR

Tomás Segovia

Pre-Textos. Valencia, 2007

84 páginas. 11 euros

La voz de Tomás Segovia,

siempre limpia y medida está unida a un trayecto vital que va, como recuerda Luis Fernando Lara, "del Cuaderno del nómada a la cesura de Salir con vida, hasta alcanzar un verdadero estado de gracia en Día tras día". Una "impalpable cesura" y una gracia que se hacen finalmente más luminosas en Llegar. Su poesía más reciente ha conseguido celebrar, de manera precisa y sabia, las experiencias del curso del tiempo, sus intervalos y permanencias, su durabilidad y resistencia, sus latidos y su condición humana. Una condición que nace de lo cotidiano, de ese "ir a tocar la vida con la mano" del día a día, pues lo que está es promesa de lo por venir, de lo que está por llegar, de su inminencia: "Mientras no quiera el tiempo / Dejarme de su mano / Saldré cada mañana / A buscar con la misma reverencia / Mi diaria salvación por la palabra".

Tras la vida siempre está la vida, vuelve la luz y el día comienza de nuevo. Frente al "Inasentable Tiempo" y a la sola realidad de lo presente, sin embargo, "Todo es siempre comienzo / Volver a sostener la mirada sigue siendo empezar / Y esta frente desnuda que expongo al cierzo incauto / Gozando todavía de su caricia helada / Es la frente de un héroe". Se canta lo que se tiene, no lo que se ha perdido; se expresa la alegría, la felicidad usada de una vida que olvida la muerte, una vida que es la cosecha "De tantos incesantes brotes vivos / Mantenidos en pie / Tan sólo por la viva fuerza / De la fidelidad a aquel olvido". La realidad del tiempo es la realidad del sujeto, pues no hay acontecer posible si la realidad no consiste en continua apertura a la existencia, esto es, si no consiste en tiempo. Así la vida se confirma "En nuestra audaz celebración del día", en la luz y en el aire, a la escucha del decir: "No es que hable yo dentro de mí / Es que la vida y yo con ella en su intemperie / Hablamos fuera".

Llegar es un libro claro e intenso, atento a lo excepcional, a lo sorprendente y misterioso que acontece en el tiempo de la vida, a los detalles y pormenores de la existencia, al soplo que siempre vuelve. No hay que ir muy lejos entonces, todo se ve "desde aquí": "porque no hay que ir allí buscando nada / Hay que esperar aquí / Haciendo la morada los unos a los otros / Para que venga sola y libre la belleza / A vivir con nosotros".

El escritor Tomás Segovia.
El escritor Tomás Segovia.CRISTÓBAL MANUEL

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