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Ibarretxe apuesta por un "liderazgo 'abertzale" en Álava tras las elecciones

Acusa al PSE y el PP de querer ese territorio para "obstaculizar el proyecto de nación"

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, abrieron ayer la precampaña en Álava con la presentación de sus candidatos y un reparto en el tipo de discurso. Mientras Ibarretxe ponía su acento en la necesidad de un "liderazgo abertzale" en Álava y acusaba a los no nacionalistas de querer ese territorio para "obstaculizar el proyecto de nación" vasca, Imaz cubrió el flanco pactista, de descalificación del nacionalismo que no respeta los derechos humanos y de reivindicación del PNV como partido para "resolver problemas a los ciudadanos".

El primer acto de precampaña del PNV en Vitoria, arropando a sus candidatos forales y municipales, parece anunciar una reivindicación sin complejos del abertzalismo en ese territorio, en busca del voto útil de todo el nacionalismo. La opa que se vislumbró ayer tiene por objetivos a su ex socio de coalición, EA, y a los radicales desencantados con la irrupción de ETA en el proceso de paz y tal vez sin candidatura propia a la que votar. Ahí buscará el PNV su posicion de fuerza frente al PSE en las previsiblemente necesarias negociaciones poselectorales.

El acto sirvió para presentar a los candidatos a la alcaldía de Vitoria, Mikel Martínez, y la Diputación alavesa, Xabier Agirre. Ambos apostaron por la vuelta de su partido al liderazgo de ambas instituciones y por pasar página al modelo "agotado" y "la etapa gris del PP" a su frente, que Agirre calificó de "nuevo alzamiento nacional", en referencia al que dio lugar a la guerra civil en 1936.

Ibarretxe e Imaz hicieron, no obstante, dos discursos bien distintos, aunque coincidieron en un punto: ambos recordaron que el PSE le "quitó" la Diputación al PNV en 2003 para "dársela al PP".

Sin embaego, mientras el presidente peneuvista dijo acto seguido que no quería mirar al pasado, el lehendakari atacó con dureza a las dos formaciones no nacionalistas y a sus alianzas, no sólo en Álava, sino también en ayuntamientos de la Margen Izquierda como Barakaldo donde el PSE gobierna con comodidad gracias al apoyo de los popualres.

El PSE y el PP quieren Álava, dijo el lehendakari, "para obstaculizar la idea de que somos una nación", para enfrentar a ese territorio con "el proyecto de Euskadi". "Quieren Álava para oponerla al proyecto vasco y nosotros queremos que sea uno de sus motores", recalcó. Tanto populares como socialistas sólo aportan "dependencia política y económica de Madrid", afirmó Ibarretxe. Por ello, prosiguió, Álava necesita ser "liderada por abertzales".

Problemas ciudadanos

El presidente del Ejecutivo autónomo aprovechó para reiterar que, si vuelve la violencia etarra, adoptará "iniciativas políticas mirando hacia adelante", y para pedir a toda su militancia que trabajen para "dar al pueblo lo que es suyo: la paz y el derecho a decidir".

El lehendakari exigió además que nadie mezcle lo uno con lo otro, en respuesta probable a quienes le han reprochado la recuperación reciente en su discurso de la propuesta de realizar una consulta popular, pese a su promesa anterior de que sólo se realizaría en ausencia de violencia. "Que se deje de confundir la reclamación legítima de un pueblo a tener derecho a decidir su futuro con la violencia miserable de ETA", enfatizó. Reivindicó para el PNV la condición de "columna vertebral" de Euskadi desde un doble planteamiento: que el pueblo vasco existe y que tiene derecho a decidir su futuro. "Si un día perdemos de vista esos dos grandes principios, estaremos perdidos", advirtió.

Imaz, por su parte, cubrió con sus palabras el flanco de la moderación, los valores, el pactismo, la deslegitimación del nacionalismo que no respeta los derechos humanos, al que tachó de fascista, y la solución de los problemas de los ciudadanos. El presidente del PNV no mencionó el derecho a decidir y resaltó en cambio el valor del autogobierno "desde el pacto" y el compromiso de su partido con la solución de los problemas cotidianos y de orden práctico, que atañen a la vida cotidiana de las personas.

Imaz aprovechó esa línea discursiva para lanzar una andanada al secretario general de ELA, José Elorrieta, quien el pasado jueves descalificó el tren de alta velocidad por no considerarlo un proyecto para los trabajadores. "Para una mujer que vive en San Sebastián y trabaja en Vitoria, la existencia o no de ese tren significa poder levantar o no a sus hijos por la mañana y poder o no bañarlos por la noche. Las pequeñas cosas de la vida", destacó Imaz.

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