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Reportaje:

Muchos anuncios y pocas OPA

La difusión de hipotéticas ofertas de compra se ha disparado e impulsa la Bolsa con más fuerza que las ofertas reales

La sombra de Endesa es alargada y el espectáculo continúa. Tras la atropellada y rentable pugna por el control de la primera eléctrica española, en la que un mero y jurídicamente discutible anuncio de una hipotética OPA irrumpió en pleno proceso de aceptación de la oferta lanzada por E.ON sobre Endesa y contribuyó a su naufragio, menudean las comunicaciones y filtraciones sobre posibles adquisiciones y fusiones. Hasta el punto de que estas hipotéticas operaciones, que en muchos casos se quedarán en aguas de borrajas, están impulsando más la Bolsa que las OPA reales en los últimos meses y están detrás de las fluctuaciones que vienen sufriendo valores estrella del Ibex 35, como Altadis, Iberia, Santander, Telefónica o Repsol.

El mero anuncio de una operación corporativa no es vinculante y es mucho más barato que plantear formalmente una OPA
Enel y Acciona imitan al BBV, que en 1992, en el Encinar, distorsionó un proceso de OPA con un anuncio de intenciones y sin oferta competidora
"Los anuncios sobre las aproximaciones de potenciales oferentes permiten abrir el proceso a la eventual participación de otras empresas interesadas"
Santander, que en febrero dijo que no iba a abordar ninguna gran operación en 2007, se ha aliado con RBS y Fortis para adquirir ABN Amro
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Un vacío legal

Se está jugando mucho de farol como en el póquer, advierten algunos analistas del mercado, y hay cierta sensación, con o sin fundamento, de que tras la atropellada y rentable pugna por el control de Endesa, en la que un mero y jurídicamente discutible anuncio de una hipotética OPA irrumpió en pleno periodo de aceptación de la oferta lanzada por E.ON y ayudó a su naufragio, casi todo vale. Y más con una CNMV dividida y enfrentada a raíz de este asunto en la cúpula y entre su presidente y el Gobierno que le nombró.

Anuncios de posibles e hipotéticos lanzamientos de una OPA, que no siempre llegan a materializarse, impulsan, más que las verdaderas ofertas públicas de adquisición presentadas a los inversores, los índices bursátiles en los últimos meses y están detrás de las fuertes fluctuaciones de algunos de los valores más señeros del Ibex: Altadis, Iberia, Santander, Telefónica o Repsol, entre otros.

Los humos de Altadis

Así, una posible futura OPA de Imperial Tobacco lleva impulsando desde enero, cuando la revista británica The Business reveló inicialmente sus planes, la cotización de Altadis. La tabaquera hispanofrancesa rechazó en un comunicado, el 13 de marzo y a requerimiento de la CNMV, la posibilidad de unas negociaciones de fusión con el grupo británico. Pero 48 horas después, comunicó a la autoridad reguladora que Altadis "ha recibido una propuesta condicionada y no solicitada por parte de Imperial Tobacco" a un precio indicativo de 45 euros por acción. ¿Tenía legalmente Altadis la obligación de informar al regulador y al mercado de la carta recibida o era confidencial? No está claro, comentan en uno de los mayores bufetes de abogados mercantilistas de Madrid, "pero por si acaso prefirieron hacerlo para evitar que se les pudiera atribuir cualquier tipo de responsabilidad en este tema".

El consejo de administración de Altadis dejó claro al tiempo en su citada comunicación a la CNMV que, junto al rechazo a la propuesta de Imperial por estimar insuficiente el precio que ofrece, "está estudiando las mejores opciones para la compañía, sus accionistas y sus empleados". Más carburante, en definitiva, para su cotización. El 9 de abril, Imperial subió a 47 euros el precio ofrecido por cada acción de Altadis, y estos días, tras filtrarse en prensa el interés de algunos fondos de capital riesgo y una posible operación de compra liderada por sus directivos, se especula con que la británica revise a 50 euros su oferta.

Cartas, comunicaciones en forma de discutibles hechos relevantes a la CNMV y filtraciones en prensa, en definitiva, están impulsando la cotización de Altadis. Pero no hay ninguna garantía de que al final llegue a plantearse de verdad a la totalidad de accionistas una oferta real de compra de sus títulos sobre la que decidir.

Nada es vinculante en el anuncio de una hipotética operación corporativa, es un buen globo sonda respecto a su posible éxito para quien baraja promoverla, y es mucho más barato -no hacen falta avales ni bancos de inversión- que plantear formalmente una oferta pública de compra. Y además, el número de ofertas hostiles de compra de acciones que prosperan es a todas luces escaso.

La ausencia de una regulación clara respecto a estos anuncios en España, no así en otros países como el Reino Unido o EE UU, dónde está muy pormenorizado lo que se puede y lo que no se puede decir en cada momento, y a qué compromete a quien lo hace, facilita la profusión de este tipo de anuncios y filtraciones en nuestro mercado, explican en otro importante despacho de abogados mercantilistas. Aunque, como advierten en el despacho Garrigues, los anuncios de intenciones de abordar una operación por parte de una empresa no son en sí malos, si son verídicos y no buscan fines distintos de los que declaran.

Hechos poco relevantes

En España, además, agregan en otro importante despacho de abogados, y no hay más que ver la página web de la CNMV para darse cuenta de ello, algunas empresas utilizan los hechos relevantes comunicados al organismo regulador para evadir responsabilidades, para cumplir y mentir, más que para informar realmente a los mercados de decisiones o hechos realmente trascendentes para la sociedad. Las exigencias de transparencia, importancia y veracidad en los hechos relevantes remitidos por las sociedades dejan bastante que desear, agregan.

Iberia es otro ejemplo claro de la influencia de los anuncios de operaciones corporativas en su cotización. El deseo manifiesto de buscar comprador para sus participaciones por parte de algunos socios de referencia de Iberia y la solicitud de datos a su consejo de administración para el hipotético lanzamiento de una oferta de compra sobre la compañía por parte del grupo estadounidense Texas Pacific ha catapultado en Bolsa en las últimas semanas las acciones de la aerolínea española.

El consejo de administración de Iberia, en un hecho relevante comunicado a la CNMV el pasado día 13, se limita a decir que toma nota de la propuesta de TPG (que por cierto ofrece un precio inicialmente inferior al de la cotización de sus acciones) y de su solicitud de información. Señala, a renglón seguido, que para poder tomar en consideración la oferta y poder estudiarla necesita a su vez disponer de "una más amplia y concreta información sobre la propuesta" y sobre la existencia de un posible socio industrial. En román paladino, que la aerolínea quiere más datos de Texas Pacific ante de aportarle a su vez la información que le ha pedido la norteamericana.

Entre tanto, y para seguir animando el cotarro, se suceden las filtraciones y los desmentidos sobre posibles conversaciones para la posible venta de la compañía con la alemana Lufthansa. Y British Airways (BA), que es el mayor accionista de Iberia, con el 10% de su capital, se ausenta del consejo cuando se habla en el mismo de la oferta de Texas Pacific para "evitar potenciales conflictos de interés". BA ha anunciado que está estudiando "todas las posibilidades, incluida la venta" de su participación, para lo que ha contratado como asesor al banco UBS.

En el Reino Unido, como en general todo el mundo respeta las reglas de juego, las compañías suelen facilitar sin problemas la información que les requiera cualquier sociedad para evaluar una posible operación corporativa, señalan los expertos mercantilistas. La actitud de Iberia en este punto es comprensible en España, pero chocaría y podría acarrearle responsabilidades en otros mercados.

Singular también es la situación del Santander. Las acciones del banco, que hace dos meses descartaba acometer en 2007 una gran operación corporativa tras las realizadas en 2006, se mueven desde hace semanas al calor de las expectativas de la alianza que ha suscrito con RBS y Fortis para desplazar a Barclays y hacerse con activos del holandés ABN Amro que está negociando su venta.

La compra le obligaría al Santander a proceder a una ampliación de capital por importe de unos 13.000 millones, casi el triple del límite que se autoimpuso y anunció en febrero su presidente, Emilio Botín, para este año.

Donde dije digo...

Una vez más, el banquero, como hizo en el pasado con Dragados o Cepsa, hace buena la frase en días o semanas de "Donde dije digo, digo Diego". En EE UU, por cierto, los tribunales han condenado a un consejero delegado que negó en público que estuviera negociando una fusión con otra compañía siete días antes de reconocer finalmente y hacer pública la mencionada concentración.

La cotización reciente de Telefónica tampoco es ajena a los dimes y diretes de sus conversaciones, otrora en marcha, otrora en suspenso, con Pirelli para un posible desembarco en Telecom Italia. E incluso los títulos de Repsol, cuyos accionistas principales elucubran en público sobre hipotéticas fusiones con Gas Natural o sobre la conveniencia de dar entrada a un socio industrial, se mueve entre rumores y desmentidos formales de operaciones corporativas desde hace meses.

Diferente, aunque sin duda está en el trasfondo de todo lo que está pasando, es el caso de Endesa. Aquí la italiana Enel, que había negado cualquier intención de lanzar una OPA cuando compró un 10% de la eléctrica a final de febrero, se descolgó el 23 de marzo, en pleno periodo de aceptación de la OPA de la alemana E.ON (concluía el 29 de ese mismo mes), con un anuncio envenenado para el proceso en marcha. Reveló su intención de lanzar conjuntamente con Acciona una OPA sobre Endesa, y a un precio superior como mínimo en tres euros al ofertado por E.ON, si fracasaba la oferta de compra de la alemana. Un anuncio que puso en un brete a la CNMV y que al final, aunque se permitió a ésta incrementar al precio ofrecido, fue la puntilla para los planes de E.ON.

La maniobra de Enel y Acciona ha perjudicado también a los accionistas de Endesa que vendieron sus acciones en meses anteriores y a menor precio fiándose de una información que, a la postre, no ha sido veraz. Enel y Acciona habían venido diciendo a medida que compraban paquetes significativos de Endesa en los últimos meses que no había concertación entre ambas y que no iban a lanzar una OPA sobre la eléctrica.

Llueve sobre mojado

La distorsión de un proceso reglado de OPA por terceros mediante un mero anuncio de intenciones y sin lanzar una oferta competidora tiene antecedentes en España. El caso de El Encinar de los Reyes. En 1992, la familia Olazábal lanzó una oferta sobre El Encinar para contrarrestar la entrada de BBV, asociado con Metrovacesa. El BBV pinchó la oferta en curso con la promesa de una futura OPA más alta. Al final las partes terminaron pactando, presentaron una oferta conjunta y excluyeron la sociedad de Bolsa y la dividieron.

Sobre ese episodio, en Mercado de control, medidas defensivas y ofertas competidoras (Ed. Cívitas), el catedrático García de Enterría afirma: "Salvo que pretendamos trasladar al reglamentado campo de las OPA la vieja máxima permissum videretur in omne quod non prohibitum y entender, por tanto, que debe permitirse aquí todo lo que no esté expresamente prohibido, habrá que convenir que en lo determinante para valorar una conducta de esta naturaleza no es tanto su encaje más o menos preciso en un determinado precepto legal, sino su conformidad con los principios esenciales que sostienen el entramado normativo erigido para la correcta ordenación de las OPA".

Los presidentes de Enel, F. Conti, Acciona, J.M. Entrecanales, y E.ON, W. Bernotat, sellan la paz en Endesa.
Los presidentes de Enel, F. Conti, Acciona, J.M. Entrecanales, y E.ON, W. Bernotat, sellan la paz en Endesa.

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