Guillermo, en el 'espejo' de Lady Di
La ruptura del noviazgo del príncipe revive los temores del futuro de la monarquía británica
La ruptura de la relación sentimental entre Guillermo Windsor y Kate Middleton ha despertado los viejos fantasmas de la familia real británica. La sombra de Diana vuelve a planear sobre el palacio de Buckingham por el temor a que se repita la historia que casi llevó a la ruina a la monarquía en el Reino Unido. ¿Ha tropezado Guillermo en la misma piedra que su padre al renunciar al amor de su vida para acabar casándose con una mujer con un perfil más adecuado? ¿Es la ruptura una consecuencia de los orígenes plebeyos y de clase media de Kate y, por tanto, un indicio más de la incapacidad de los Windsor para comportarse como ciudadanos normales? ¿O simplemente estamos ante una decisión sensata de una joven pareja que, como tantas otras, se da cuenta de que un tórrido idilio juvenil no es siempre garantía a largo plazo de un matrimonio maduro y estable?
Una de las incógnitas de la ruptura es el impacto que tendrá a largo plazo en la imagen de Guillermo
Según el ex secretario de prensa de Isabel II, "no se puede hacer un paralelismo con Diana y Carlos"
A juicio de Dickie Arbiter, antiguo secretario de prensa de la reina Isabel II, "no se pueden hacer paralelos con Diana. Unos estaban casados, y estos, no. Uno estaba en sus 40, y el otro, en sus 20. No, no se pueden hacer comparaciones", sostiene. En su opinión, en la ruptura no ha tenido influencia lo que le ocurrió a sus padres. "No. Guillermo y Kate empezaron su relación cuando tenían 21 y 20 años y ahora son adultos y han llegado a la conclusión de que no están hechos el uno para el otro. No se puede equiparar a Guillermo y Kate con Carlos y Diana. Eso sería un error", afirma Arbiter.
Hugo Vickers, historiador, autor entre otros libros de una biografía de la reina madre, advierte de entrada que "los corresponsales políticos están bastante bien informados acerca de lo que escriben, pero ese no es el caso cuando se trata de los corresponsales reales, según mi experiencia. Nunca he estado menos impresionado que leyendo lo que dicen los periódicos citando 'fuentes bien informadas', 'fuentes anónimas', 'amigos de la familia', etcétera. Por eso soy absolutamente escéptico e incluso algo cínico acerca de lo que se ha escrito estos días".
Y llega más lejos. "No me sorprendería descubrir algún día que todo esto no ha sido mas que una estratagema para alejar a la prensa de Kate. Dicho eso, también puede ser simplemente una ruptura como las de tantas otras parejas, aunque no creo que hayamos visto el fin de la historia", afirma.
Vickers cree que la pareja podría reanudar su relación dentro de un tiempo. "La gente lo hace a esa edad. Hay que tener en cuenta que la presión que ella estaba soportando es exactamente la misma que tuvo que vivirla la madre de él, Diana. La perseguían de tal manera por la calle que se dice que el príncipe Carlos se sintió tan mal que pensó que la manera de rescatarla era casándose con ella. Y ahora, la sensación es que al príncipe Guillermo le está empezando a pasar lo mismo. Es posible que creyera que la relación había llegado a su final o que hubiera llegado a la conclusión de que la única forma de disolver esa presión era acabar con la relación. Desde luego, me parece muy poco probable que ella le dejara a él, pero no es imposible que él la dejara a ella".
¿Estamos ante una reedición del error que cometió Carlos al no casarse con Camilla, el amor de juventud que sólo llegaría al matrimonio en plena madurez? "Oh, ésa es una visión muy romántica", responde. "El verdadero problema con Camilla es que era absolutamente inadecuada. En segundo lugar, ella no quería realmente casarse porque estaba enamorada de una figura mucho más dinámica, Andrew Parker Bowles. No, no creo que se pueda establecer un paralelo entre ambas parejas", opina el historiador.
Una de las incógnitas de la ruptura es el impacto que tendrá a largo plazo en la imagen de Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono de Isabel II. "La reacción inicial de simpatía puede cambiar, creo", sostiene Vickers. "No me parece que le hagan ningún bien las fotografías en las que aparece saliendo de una discoteca a las tres de la mañana mientras Kate probablemente estaba encerrada en su casa. Todo el mundo dice que han quedado como amigos, pero hay que recordar que la información ha sido publicada por el diario The Sun a través de fuentes internas. No ha habido ninguna declaración ni de él ni de ella. Es otra gente la que está hablando en nombre de ellos. Me temo que yo estoy haciendo lo mismo, pero sólo porque usted me está preguntando", ríe.
El príncipe Guillermo, unque se parece físicamente a su madre, Diana de Gales, a juicio de muchos ha sacado sobre todo el carácter retraído y la obsesión profesional de su abuela, la reina Isabel.
Alergia a la clase media
LOS SECTORES más antimonárquicos del Reino Unido se han lanzado a la yugular de los Windsor al sostener que detrás de la ruptura entre Guillermo y Kate se esconde el pánico de la realeza a que el futuro rey se emparentara con una familia de clase media. Los Middleton tienen dinero, bastante dinero, pero muy poco pedigrí. Los padres de Kate han hecho una fortuna vendiendo accesorios para fiestas y, peor aún, la madre, Carole, fue azafata de unas líneas aéreas.
Aunque dicen que la reina veía con buenos ojos un futuro matrimonio de la pareja tras cuatro años de noviazgo informal, la realeza empezó a torpedear el enlace tras comprobar en vivo los orígenes de la potencial futura suegra de Guillermo cuando los Middleton fueron invitados en enero a la ceremonia de graduación del príncipe en la academia militar de Sandhurst.
Según la prensa británica, ese día el mundo de los Windsor chocó con el origen mundano de los Middleton. Carole cometió el pecado de mascar chicle y utilizar varias veces la palabra equivocada en un país en el que la lengua es la primera barrera entre clases sociales. La madre de Kate saludó a la reina con un "encantada de conocerle" que sonó vulgar a quienes habrían preferido un más atrevido "hola, señora". Dijo pardon? en lugar de what? y preguntó por el toilet en lugar del lavatory.
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