A la caza de Basso
El director del Tour de Francia pide a los equipos con corredores en la lista de la Operación Puerto que no intenten alinearlos en su carrera
La primera página de ayer de L'Équipe, el diario organizador del Tour de Francia, era cuando menos sorprendente teniendo en cuenta que el jueves fue un día sin gran competición ciclista y sin noticias importantes del deporte del pedal: una gran foto de una carrera ocupaba todo el espacio. A toda página, a mediados de un mes de abril, a dos meses y medio del comienzo de la grande boucle, el titular, "La llamada del Tour". Por debajo, el sumario, la aclaración: "El director del Tour, Christian Prudhomme, pide a los equipos que no alineen en su carrera a los corredores citados en la Operación Puerto".
La foto, que no es inocente, precisa aún más los propósitos del Tour: es la imagen de Ivan Basso al frente de algunos compañeros de su nuevo equipo, el Discovery Channel. Basso, precisamente, el delfín de Lance Armstrong en el Tour 2005, el principal candidato al triunfo en un Tour 2006 que no pudo disputar finalmente porque su nombre figuraba en el dossier enviado por la Guardia Civil con el resumen de las investigaciones de la Operación Puerto.
"La Vuelta será solidaria con lo que decidan el Tour y el Giro", dice su director, Víctor Cordero
En resumen, con la causa penal archivada (aunque recurrida) por el juez de Madrid, con los expedientes federativos paralizados a la espera de que se desbloquee el embrollo judicial, el Tour ha decidido establecer las reglas del juego. Con prisa. Con urgencia dictada por identificación más allá de cualquier duda, gracias al cotejo del ADN, de la pertenencia de nueve bolsas halladas en las redadas de Madrid al sospechoso alemán Jan Ullrich.
"Hay que evitar otro escándalo", explica Víctor Cordero, director de la Vuelta, quien apoya cien por cien la postura del Tour. "La Vuelta será siempre solidaria en este asunto con las decisiones que tomen el Tour y el Giro. De hecho, las declaraciones de Prudhomme reflejan una postura concreta de las tres grandes. Lo de Ullrich, que demuestra que la Guardia Civil no se ha equivocado en sus investigaciones, puede dar lugar a un goteo de pruebas de ADN que generen escándalo tras escándalo".
El jueves, en una reunión en el aeropuerto de Bruselas, organizada como seguimiento del acuerdo de paz de marzo, trataron del asunto los grandes organizadores, la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la AIGCP, la asociación de los principales equipos. Mientras la UCI apoyó sin reservas la propuesta de Prudhomme, los equipos exhibieron su división. Unos cuantos cerraron filas con la proposición; otros, en cambio, mostraron sus dudas, recordando cómo idéntico sacrificio se les pidió por parte de la federación y los organizadores en vísperas del Tour 2006. Aunque en su editorial L'Équipe solicita a los equipos fieles que boicoteen a aquellos que alinean en las carreras corredores inscritos en la lista negra, y aunque el Tour presiona a los patrocinadores de algunos equipos dudosos, la mayoría de los conjuntos critica que la única vía de arreglo del problema pase por la autosuspensión.
"Pero eso tampoco es así", precisa Cordero. "Si el director del Discovery, Johan Bruyneel, por ejemplo, decide correr el Tour con Basso, los organizadores podrían expulsarle de la carrera, pero a él le quedaría el recurso de recurrir ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), como hizo el año pasado el Astaná".
En 2006, tras la publicación por EL PAÍS de elementos del sumario, hasta entonces secreto, el Tour decidió retirar la invitación al equipo de Manolo Saiz, aunque dos días después el TAS revocó la decisión. Sólo la llegada del informe de la Guardia Civil la víspera de la prueba, forzó la retirada del Astaná. Este detalle podría hacer pensar que si ningún reglamento oficial avala su decisión, el Tour no es libre para tomar medidas por su cuenta. Sin embargo, algo ha cambiado desde hace un año. Entonces, el TAS avaló al Astaná dado que no había ningún documento oficial en el que el Tour pudiera basar la expulsión. Después llegó el informe de la Guardia Civil, incluido en el sumario, para validar la lista negra. "Y no olvidemos", dice Cordero, "que la decisión de la juez el jueves de sobreseer la denuncia de Manolo Saiz contra el Guardia Civil que redactó el informe, al que acusaba de falsedad, prevaricación y revelación de secreto, da aún más validez a aquel informe", recuerda Cordero.
De los poco más de 50 corredores implicados en la Operación Puerto, sólo siete pertenecen a equipos ProTour y, por lo tanto, podrían participar en el Tour. Y de esos siete (Basso, Zaballa, Plaza, Davis, Caruso, Koldo Gil y Zárate) sólo Basso preocupa a los organizadores, que temen que en cualquier momento un fiscal italiano le reclame el ADN para cotejarlo con la sangre de las bolsas marcadas con el número 2 y Birillo. Y, curiosidad de curiosidades, el mismo día que L'Équipe exige su renuncia al Tour, La Gazzetta dello Sport, diario organizador del Giro de Italia, promociona la figura del ciclista de Varese mediante un gran reportaje sobre la preparación de Basso para el Giro recorriendo los Dolomitas. Un detalle que fuerza a formularse nuevas preguntas: ¿Tendrá Angelo Zomegnan, director del Giro y ex redactor de La Gazzetta, el valor y la voluntad de declarar a Basso persona non grata? Y si Basso corre el Giro, ¿qué pasará con la alianza de las tres grandes? Y entonces, ¿qué haría la Vuelta con otros equipos españoles en los que trabajan ahora la mayoría de los ciclistas implicados?
Bruyneel estaba ayer en Estados Unidos, al frente de su equipo, que disputa la Vuelta a Georgia. "Sí, he visto la portada de L'Équipe", explicó en un mensaje SMS. "Y no tengo opinión, o por lo menos me la guardaré (para más adelante)".
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