"Seguiré como siempre"
Messi afirma que no fue consciente de calcar ante el Getafe el tanto de Maradona en México y muestra todo su apoyo al Pelusa
Casi pareció una broma. Un guiño del dios del fútbol. Tanto hablar de que Leo Messi es el sucesor de Maradona que el pequeño y genial jugador argentino calcó el miércoles ante el Getafe el gol de entre los goles, el que marcó Diego en el Mundial de México de 1986 ante Inglaterra. Casi son iguales: el Pelusa invirtió 11 segundos y Messi, 11,6. El primero regateó a cinco contrarios; y el segundo, también a cinco. Y, tras asombrar a medio mundo, la pelota acabó entrando por el mismo palo. Hasta la celebración fue en el mismo lado del campo. Son tan parecidos que TV-3 hizo ayer una prueba fascinante: emitió la jugada de Messi utilizando la narración del gol de Maradona del periodista uruguayo Victor Hugo Morales. Encajó de perlas.
"Para mí, el gol quedó atrás. Estoy contento y mando todas mis fuerzas a Diego", dice el jugador
Gudjohnsen se llevó las manos a la cabeza, Eto'o hizo el mismo gesto y un fisioterapeuta del Barça lo repitió en el banquillo, estupefactos todos ante lo que acababa de hacer Messi. Pero él corrió por la línea de fondo y dio un bote como si fuera un gol de entre tantos antes de acabar sepultado por sus compañeros. "Nunca pensé en que estaba haciendo uno parecido al de Diego. Ni al empezar la jugada ni al acabarla. Sólo pensé en festejarlo", explicó Messi. "Yo escuché y leí todo lo que se dijo, pero me mantengo al margen de las comparaciones con Diego. Sigo jugando y aprendiendo. Para mí ya quedó atrás. Estoy contento pero ya pienso en el Villarreal".
Posiblemente, esa es una de sus virtudes. Messi sigue destilando la inocencia de un niño en un vestuario de mayores, que a veces pone la cara de saber que ha hecho algo muy gordo. Como cuando en el plató de Barça TV, casi se le escapaba la risa al ver por primera vez el gol. Pero seguía sin inmutarse. Messi es un chico tímido, con un punto de inconsciencia que le hace único porque juega sin miedo. "La presión no me afecta. Seguiré jugando como siempre", convino. Deco dice que juega igual que si lo hiciera en el barrio. Messi es el fútbol en estado puro y si tiene el día, como el miércoles o en el último clásico, es imparable.
El Barça se entrenó ayer y Messi llegó al campo de La Masia charlando con Ronaldinho, que, ya recuperado de su amigdalitis, se entrenó con normalidad. A la pulga le aguardaban dos cosas: un montón de cámaras y los gestos de complicidad de sus compañeros. "Roni me dijo que hice un golazo. Y Deco, en el descanso, que era mejor que el de Diego. Me hicieron muchas bromas al acabar el partido. Xavi me dio el pase inicial y luego me dijo: 'Todos hablan del gol pero nadie del pase que te di", contó divertido.
Xavi decía que tuvo la fortuna de formar parte del inicio de una jugada extraordinaria. Su papel fue similar al del Negro Enrique, que tocó para el Pelusa en 1986. Y luego, los 11 segundos mil veces vistos en todo el mundo. "Xavi me pasó la pelota y dejé atrás a dos rivales. Vi el espacio y me mandé. Había una distancia larga y decidí ir hacia adelante. Al llegar al área vi a Samuel que me abría un espacio y seguí y ya solo pensaba en finalizar la jugada". No quiso juzgar a los defensas del Getafe, criticados por su técnico Bernd Schuster por no haberle frenado con una falta: "Nunca fui defensa y no sé qué habría hecho. Pero ellos intentan marcarnos lo mejor que pueden". Sólo habló con un jugador del Getafe: fue con su compatriota el Pato Abbondanzieri, al que le regaló su camiseta en el descanso. "Pero no hablamos del gol, sólo de la selección y de Argentina". Y luego llegaron las felicitaciones, los mensajes y las llamadas. Y entre tanto elogio, un mensaje a Maradona: "No me planteé que el gol pudiera ser un regalo para él. Si es así, mucho mejor. Siempre me apoyó. Ojalá se recupere rápido: es lo que quiere el país y los fanáticos del fútbol. Desde acá, le mando todas mis fuerzas".
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