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Bush y los demócratas buscan un pacto

Antonio Caño

Mal día escogió el presidente George Bush para intentar convencer a los líderes del Congreso de que aprueben los 100.000 millones de dólares (73.600 millones de euros) que ha solicitado para las guerras de Irak y Afganistán. Las noticias sobre la última carnicería ocurrida en Bagdad eran un pésimo argumento para probar la teoría de la Casa Blanca de que su actual estrategia en Irak está funcionando y merece una oportunidad.

La cadena de muertos y de coches bombas ocurrida ayer tiende más bien a dar la razón a los líderes demócratas del Congreso, que quieren acordar una fecha precisa para la retirada de las tropas antes de dar luz verde a los fondos que solicita el Pentágono. El presidente cree que el establecimiento de una fecha equivale al reconocimiento de la derrota y sólo serviría para envalentonar al enemigo.

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La reunión de ayer, convocada por la Casa Blanca, estaba destinada a buscar un acuerdo que evite que las tropas empiecen pronto a sufrir el desabastecimiento. Pero las posiciones de las dos partes parecían demasiado intransigentes como para albergar algún optimismo.

"El presidente tiene que cambiar el rumbo de esta guerra", dijo el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Raid, antes de entrar en la reunión, a la que acudió acompañado de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. El presidente cree que la propuesta de los demócratas "equivale a una retirada forzosa", contestó la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino.

Ambas partes evitaron, no obstante, los gestos grandilocuentes y las palabras gruesas. Quizá influidos por el clima de pesadumbre en el que vive la nación por los sucesos en la Universidad Tecnológica de Virginia. Pero quizá también conscientes de la grave responsabilidad que tienen en sus manos en este momento, sencillamente decidir sobre la suerte de la guerra y sus consecuencias.

Bush se sentó con los demócratas con palabras de bienvenida -"La gente alrededor de esta mesa tiene posiciones serias y estoy dispuesto a escucharlas", dijo- y precedido de gestos conciliadores y, al parecer, decidido a solicitar que se aprueben los fondos mientras se discute con más calma sobre la estrategia y los plazos de la misión.

Los demócratas podrían, tal vez, aceptar una versión de la ley de financiación con un lenguaje más suave sobre la fecha de retirada, o que vinculase ésta a los progresos sobre el terreno, especialmente a los avances que hagan las autoridades iraquíes para asumir la plena responsabilidad sobre la seguridad.

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