61 malienses obtienen el permiso de residencia por denunciar una estafa
Mamadou Danssoko, Sacko Diaguil o Djiby Kanouté, todos de Malí, forman parte de un grupo de 61 inmigrantes que comienzan a ver la luz al final del túnel de su viaje a la prosperidad. "Unos 22 o 23 ya se han regularizado y el resto lo logrará en un plazo muy corto", aseguró ayer Ismael González, secretario de política social de Comisiones Obreras.
Los malienses acudieron al sindicato en 2005 para denunciar "un caso de estafa y de explotación laboral por parte de una supuesta empresa llamada Limpiezas Tajo", según explicó ayer Isabel Rodríguez, de CC OO. Esa empresa les cobró 300 euros por hacerles un contrato. Posteriormente, los inmigrantes trabajaron como repartidores de publicidad. Nadie les pagó.
"Ya se han entregado más de 10 autorizaciones de residencia y dos de trabajo", dijo Javier López, secretario general de CC OO en Madrid. "La Delegación del Gobierno ha reconocido la colaboración de los 60 trabajadores y está resolviendo uno a uno los expedientes", añadió.
Según López, el sindicato "ha logrado el primer caso de autorización de residencia por colaboración con la Administración. Este caso abre la vía para que se realicen colaboraciones con la inspección de Trabajo y se evite que empresarios cuyo único fin es vulnerar la ley y los derechos básicos de los trabajadores sigan ejerciendo".
En la rueda de prensa organizada por CC OO, Djiby Kanouté, uno de los inmigrantes, agradeció la ayuda recibida. "Todos los que estamos aquí queremos trabajar, garantizar nuestro futuro, vivir con los españoles", reclamó.
Mamadou Danssoko explicó a este periódico, en un esforzado español, que se gana la vida como puede. No tiene empleo, pero sobrevive trabajando a rachas en el campo en Murcia. Llegó a España como muchos, en una patera. Él tuvo mucha suerte. Sólo estuvo en el océano dos días. Lejos de las más de dos semanas que algunos inmigrantes soportan. ¿Qué tal con los españoles? Mamadou sonríe y prefiere no contestar. ¿Envías dinero a casa? "¿Dinero? ¿Qué dinero?", ríe. La regularización quizá cambie su vida.
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