La hora del Desafío

En noviembre de 2003, Valencia fue nombrada sede de la 32ª edición de la Copa del América de vela, la competición deportiva más antigua del mundo, entre más de 50 ciudades candidatas. Desde que en 1851 la goleta América se impusiera al barco de la Armada británica en Inglaterra, la Copa es una historia de orgullo nacional y deportivo en la que se ven inmersos los mejores regatistas del planeta y los magnates más caprichosos. EL PAÍS publica mañana un suplemento extra previo al comienzo, el próximo lunes, de la Copa Louis Vuitton, cuyo ganador se enfrentará en la del América al Alinghi, suizo y vigente campeón.

Este periódico recuerda los orígenes de la competición y los personajes que han marcado su historia y analiza las expectativas del Desafío Español, cuyo gran objetivo es alcanzar las semifinales. Liderado por un doble medallista de oro olímpico, Luis Doreste, el equipo regatea en casa y estrena barco como sus competidores.

El suplemento incluye reportajes sobre los tres grandes favoritos para desafiar al Alinghi: el New Zealand, derrotado en su propio puerto de Auckland en la pasada edición; el BMW Oracle, que utiliza tecnología de la fórmula 1 para su velero, y el Luna Rossa, en el que navega Nacho Barquehais, el mayor experto en los vientos valencianos, básicos para controlar las regatas. Luis Sáenz Mariscal, abogado español y gran conocedor de las reglas y los entresijos de la prueba, retrata la Copa como una mítica historia de espías. Y Guillermo Altadill, el regatista en activo que más veces ha completado la Vuelta al Mundo en un velero, explica las diferencias entre una y otra competición, tan distantes como un maratón y una carrera de 100 metros.

La Copa es también la hora de Valencia para mostrarse al mundo. Convertida en capital de eventos, la ciudad aspira a un gran premio de automovilismo tras ser ahora el centro mundial de la vela. Durante la competición, ha ampliado en un remodelado puerto su oferta cultural y de ocio para los miles de aficionados que espera acoger.