El BNG apoya su oferta electoral en los proyectos de sus consellerías en la Xunta
Los nacionalistas aspiran a duplicar las alcaldías que consiguieron hace cuatro años
El BNG afronta las elecciones municipales de mayo con el objetivo de duplicar sus resultados de 2003 y superar ampliamente la treintena de alcaldías. Para invertir la tendencia a la baja que desde 2001 ha sido la norma en todas y cada una de las convocatorias electorales, los nacionalistas cuentan con rentabilizar el trabajo que llevan a cabo en el Gobierno de la Xunta, hasta el punto de que las propuestas más significativas de su programa para las municipales se apoyan directamente en proyectos puestos en marcha por las consellerías que están bajo la responsabilidad del Bloque.
Las principales propuestas electorales incluidas en el programa electoral nacionalista, según explicó hace días Roberto Mera, secretario de Política Municipal del Bloque, giran en torno al bienestar social y la igualdad (responsabilidad de la Vicepresidencia que dirige el portavoz nacional de la organización, Anxo Quintana), la creación de empleo y el desarrollo rural (a cargo de los departamentos de Industria y Medio Rural, ambos también bajo mando nacionalista) y la promoción de la vivienda como bien social (depende la Consellería de Vivenda).
Con estas armas, y una campaña construida sobre la necesidad de que los ayuntamientos dejen de centrar toda su atención en las obras públicas y empiecen a aplicar políticas de bienestar, el BNG aspira a invertir la tendencia a la baja que, en términos electorales, inició en 2001 y duplicar su número de alcaldías. En estos momentos, los nacionalistas tienen el bastón de mando de 17 municipios y cuentan con representación en 260 de los 315 ayuntamientos de Galicia.
Francisco Jorquera, senador y coordinador ejecutivo del BNG, no oculta que entre las ambiciones de su grupo figura llegar a formar parte del gobierno de las siete ciudades más importantes de Galicia. "Tenemos opciones muy serias en Ourense", explica Jorquera, "además de consolidar Pontevedra y luchar en otras ciudades". Y aspiran a ampliar su representación en las diputaciones hasta el punto de llegar a formar parte de sus órganos de gobierno, como ya ocurre en la corporación provincial de A Coruña.
De momento, ya han proclamado 210 listas y confían en alcanzar la práctica totalidad de los municipios gallegos (en 2003 sumaron 307 candidaturas). Durante los dos meses que faltan hasta el día de la votación, el BNG quiere transmitir a los ciudadanos la necesidad de que "el cambio autonómico" se traslade a las instituciones locales, allí donde el PP es todavía la fuerza hegemónica y usa su presencia, según los dirigentes nacionalistas, "para practicar una política de confrontación y un freno de las políticas de la Xunta".
La idea de los nacionalistas es hacer ver a los votantes que el BNG es "el motor del cambio" y que si logra un buen resultado en las elecciones locales reforzará su capacidad para impulsar las políticas que ya lleva a cabo a través de la Xunta.
Un tercer mensaje que la organización nacionalista quiere introducir en la campaña es que el BNG es la única fuerza política cuya visión de la administración local forma parte de "una visión global del país". Por este motivo, el programa del Bloque incluye amplias referencias a la organización territorial de Galicia y reafirma la apuesta del nacionalismo por la desaparición de las diputaciones y el reconocimiento jurídico de las comarcas.
Modelos caducos
"Somos la única fuerza políticacapaz de superar modelos caducos como las diputaciones, que apostamos por dotar de personalidad jurídica a las comarcas" y que "queremos vertebrar el poder local de acuerdo con las necesidades del país", subraya Jorquera. Hoy no se puede asegurar una política de servicios básicos elementales, señala a modo de ejemplo, "sin una escala comarcal. Ni articular política de corrección de los desequilibrios territoriales", una cuestión "de primer orden en estos momentos" que necesita de un "poder autonómico fuerte en materia de ordenación territorial".
La sucesión de escándalos urbanísticos y de alcaldes con actividades privadas relacionadas con la promoción inmobiliaria, que afectan al PP pero también al PSdeG, ha prestado además al BNG un nuevo argumento electoral que no piensa desaprovechar.
Los nacionalistas quieren hacer ver a los electores que es posible cambiar las maneras de hacer política y llevar a cabo una profunda regeneración democrática en los ayuntamientos. Es preciso, subraya Jorquera, que "los gobernantes sitúen siempre el interés comunitario por encima del personal" y que su honradez no pueda ser puesta en entredicho. "Y en esto pensamos que el BNG ofrece la mejor garantía", destaca el dirigente nacionalista. "Siempre apostamos por un urbanismo no supeditado a intereses privados y en un momento en el que los escándalos salpican a muchos municipios, esta fuerza es una garantía de regeneración democrática".
Los dirigentes del BNG son conscientes de que el clima de crispación desatado en la política española entre el PP y el PSOE va a sobrevolar la campaña electoral. "Los partidos estatales van a tratar de convertir las elecciones en unas primarias de las generales" y aunque el BNG no tiene intención de "huir del debate", sí "va a tratar de incardinarlo en el país".
La dirección confía en que las fricciones de campaña no lleguen al bipartito
La cita de mayo en las urnas será la primera vez que el BNG acuda a unos comicios compartiendo responsabilidad con otro partido, el PSdeG, al que disputará una buena parte del espacio electoral durante la campaña. Pero Jorquera no teme que eso sea motivo de desestabilización en el seno de la Xunta. "Forma parte de la madurez política del BNG y del PSOE que la tensión electoral lógica en campaña, en la que cada fuerza trabaja para conseguir el máximo respaldo", no se traduzca en elementos de fricción en el Gobierno autónomo.
"Pensamos que el BNG sabe distinguir planos", hacer su oferta a la sociedad y construir una campaña en positivo, explica el coordinador nacionalista. "Que exista una dialéctica electoral no debe incidir negativamente en el funcionamiento del Gobierno, del cual nos sentimos corresponsables", concluye.
En cuanto a los pactos poselectorales, Jorquera no los confirma, pero todo apunta a que allí donde sea posible formar mayorías integradas por socialistas y nacionalistas los pactos volverán a firmarse como ocurrió hace cuatro años. Pese a las insinuaciones del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, "parece evidente", al menos en opinión de Jorquera, "que la actitud del PP en Galicia y en el Estado hace inviable hoy en día pensar en fórmulas de coalición PP-PSOE y PP-BNG; es evidente que hay más campo para posibles encuentros con el PSOE. Esa será la prioridad, pero tendrá que hablarse el día después".
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