_
_
_
_

Un hijo de Gaddafi la lía en Múnich

Saif se pelea en una discoteca y busca la inmunidad diplomática

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Las relaciones diplomáticas entre Alemania y Libia atraviesan de nuevo un mal momento por la lengua suelta del hijo menor de Muammar el Gaddafi, que gobierna Libia desde hace casi cuatro décadas. Saif al Arab, de 25 años, se enfrenta a una investigación por amenazas contra un portero de discoteca que quiso expulsarle cuando su acompañante comenzó a desvestirse en la pista de baile. Al Arab amenazó con arrojarle ácido en la cara.

Todo ocurrió el pasado 18 de noviembre en un local nocturno de Múnich al que acuden los fines de semana masas de marchosos de la capital bávara.

Al parecer, y para disgusto de algunos clientes, la joven acompañante de Al Arab se lanzó a un strip-tease sobre la pista de baile para agasajar a su amigo. Los porteros de la sala, tras amonestarla repetidamente, la invitaron a abandonar el local. Demasiado para el hijo menor de Gaddafi, que la emprendió a golpes con un vigilante de 19 años. Como resultado: un corte en la cabeza de Saif al Arab y unas magulladuras en el cuerpo del portero. No hubo denuncia y la fiscalía ignoró un incidente en el que "ambos recibieron heridas similares y poco graves".

La Embajada de Libia en Berlín echó más leña al fuego en enero de este año, con una solicitud al Ministerio de Exteriores alemán para incluir al hijo de Gaddafi en el cuerpo diplomático libio.

El ministerio rechazó en marzo la petición para no dar a Al Arab inmunidad diplomática. De momento, Libia ha reaccionado declarando no grato a uno de los diplomáticos alemanes en Trípoli. Saif al Arab ha abandonado Alemania sin hacer declaraciones.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_