"Yo no le he dicho nada al árbitro"

"Yo no le he dicho nada al árbitro. Preguntadle a él". Guti abandonó el estadio de Balaídos con cara de niño bueno y reivindicando su inocencia. Según él, no había pasado nada. Sin embargo, para el colegiado, Pérez Burrull, algo sí que había pasado. Y debió de ser grave porque, tras enseñarle la primera por simulación, le sacó de inmediato la segunda cartulina amarilla. Entre una y otra sólo habían transcurridos 60 segundos. Guti abandonó el césped y dejó al Madrid con un jugador menos. Una expulsión la suya que causó miedo en el conjunto blanco, según reconoció después Fabio Capello.

Pérez Burrull justificó su decisión en el acta arbitral alegando que Guti había protestado "de forma ostensible" una decisión suya. Sin más. Lo que no reveló fueron las palabras que había utilizado el madridista para manifestar sus quejas.

El medio es junto al defensa Cannavaro el madridista que más tarjetas rojas lleva

Guti es, junto a Cannavaro, el jugador del Madrid que más tarjetas rojas ha visto a lo largo de esta temporada. Ya van dos. La primera fue el pasado 18 de noviembre, en el Bernabéu, contra el Racing.

Si es cierto que las tarjetas son el mejor indicador del estado de nerviosismo de un equipo, Guti no debe de entrar al campo muy tranquilo. Desde su debut con el primer conjunto blanco, en la campaña 1995-96, había visto cuatro tarjetas rojas. Pero en los siete meses del curso actual ya ha sumado dos. El Madrid sigue siendo el equipo más amonestado de la Liga. Tras el partido con el Celta, suma 93 tarjetas amarillas y siete rojas.

Tras lo de ayer, el centrocampista blanco dejará al Madrid sin fantasía el domingo que viene, en el Bernabéu, contra Osasuna. Y es que tampoco estará Gago. El argentino vio anoche su quinta amarilla y obligará a Capello a regresar a los orígenes. Eso es: al pivote Diarra-Emerson, la pareja más utilizada por el técnico italiano. Y esta vez el brasileño no podrá negarse a jugar.

Anoche, Capello sonreía en el banquillo. Nadie sabe por qué. Es tan pobre el juego del Madrid que le cuesta no sólo ganar, sino imponerse en cualquier estadio. Sufre siempre e intenta sobrevivir. Y eso que ayer visitaba Balaídos, terreno en el que el Celta sólo ha conseguido una victoria en lo que va de temporada.

El técnico italiano dice que su sistema de juego es ofensivo, que juega con tres delanteros y "no con un punta y el resto atrás, a defender, como todos los demás equipos". Debe de tener dibujado en la cabeza otro equipo porque a este Madrid le cuesta marcar. Cada vez más. Ayer le salvó un penalti y un rechace aprovechado por Robinho tras un error garrafal de Pinto. Y es que, desde la salida de Ronaldo, Van Nistelrooy es el único 9 y Raúl, que no marca en la Liga desde el pasado 26 de noviembre, e Higuaín están más pendientes de defender que de atacar. Es lo que les exige Capello. Y es lo que queda reflejado. El desgaste físico es cada vez mayor. Los dos llevan tan sólo cuatro goles: tres el capitán y uno el argentino. Muy pocos para una pareja de delanteros.