"Una oficina más abierta, amable y transparente"

"La Ciudad de la Justicia refleja arquitectónicamente un nuevo modelo de oficina judicial más abierta, amable y transparente", asegura la delegada de la Consejería de Justicia en Málaga, Aurora Santos. El nuevo edificio, de cinco plantas, agrupará 88 órganos jurisdiccionales dispersos en siete sedes de la capital malagueña. De ellas, cuatro son alquiladas, lo que supondrá un ahorro anual a la Junta de Andalucía de 1,058 millones de euros.

La construcción, que ha costado 78 millones de euros, 10 más de lo previsto inicialmente, está situada en la cabecera del ensanche de Teatinos. Visto desde fuera, el edificio es un extenso pabellón blanco sobre la ronda de circunvalación de Málaga. "Apostamos por un edificio de baja altura para integrarlo en la zona de Teatinos, donde las construcciones no son muy altas", asegura José Seguí, el arquitecto cuyo estudio ganó en 2000 el concurso para realizar el mayor edificio administrativo de Andalucía.

Seguí y los arquitectos de su estudio Ramón Engel, Javier Frechilla y José Manuel López, diseñaron la Ciudad de la Justicia como una "continua sucesión de galerías ajardinadas que atraviesan transversalmente el edificio y lo estructuran". Estas galerías, que no se aprecian desde fuera proporcionan luz y ventilación natural al edificio, lo que reduce su consumo energético. Las galerías ajardinadas "permiten suavizar un poco el duro contenido del edificio". Otro elemento que se ha cuidado sobremanera ha sido la sala para las bodas.

Una de las exigencias del concurso convocado por la Consejería de Economía -que recepcionará el edificio después de Semana Santa y lo cederá a Justicia- era que hubiera "independencia de circulaciones" de los diferentes actores que componen la escena judicial. Este requisito se traduce en que los reos ya no volverán a compartir ascensor y pasillo con jueces, abogados, fiscales y público en general, como sucede actualmente en el Palacio Miramar, sede actual de la Audiencia y que se convertirá en un hotel de lujo.

Los arquitectos han concebido el interior de la Ciudad de la Justicia como un espacio de gran flexibilidad. Gran parte de los tabiques se pueden mover mediante un sistema de raíles, lo que permite distribuir las estancias del edificio como mejor convenga. El edificio cuenta, además, con "los últimos adelantos" en electrónica, aire acondicionado y seguridad. "Para el diseño del proyecto mantuvimos multitud de reuniones con todas las partes implicadas: jueces, abogados, fiscales, funcionarios, sindicatos... Después, la ley del menor nos obligó a cambiar el proyecto", recuerda Seguí.