La fuerza del PCE
Los comunistas ocupan espacio en Izquierda Unida y se hacen cada vez más visibles
El próximo día 9 de este mes se cumplen 30 años de la legalización del Partido Comunista de España (PCE) y la reivindicación de aquella fecha histórica coincide precisamente con un movimiento cada vez más fuerte para ocupar espacio dentro de Izquierda Unida. Después de algunos años en que todo el protagonismo lo asumió IU, los comunistas han vuelto con fuerza a reclamar su sitio: el legendario emblema de la hoz y el martillo se ha multiplicado, por primera vez desde la creación de IU (1984 en Andalucía) han hecho campaña propia en los referendos de la Constitución Europea y la reforma del Estatuto de Autonomía, y sus mensajes y manifiesto, en algunos casos, son muy distintos a los de IU. Es lo que llaman "salir de la segunda clandestinidad" o "relanzamiento político".
"¿Por qué molesta el PCA?, cada seis u ocho años ocurre lo mismo", dice Alcaraz
Pero ocurre que alrededor del PCE se ha conformado la oposición interna al coordinador federal, Gaspar Llamazares, con la elección de Felipe Alcaraz como presidente -un cargo inusual en la tradición comunista, que ocupó excepcionalmente Dolores Ibárruri, Pasionaria-, y en la organización de Andalucía, aunque nadie quiere hablar de ello por la cercanía electoral, es un contrapeso a la dirección de Diego Valderas.
En el último año -una vez prácticamente diluida la corriente crítica Convocatoria por Andalucía, cuyo referente era la portavoz parlamentaria Concha Caballero- los episodios internos más tensos dentro de la organización se han producido según esta nueva correlación de fuerzas. Ahí están las crisis de Jaén y el trabajoso proceso de la elaboración de la lista municipal de Rosa Aguilar en Córdoba, cuyo principal problema ha sido el exceso de independientes en la candidatura detectado por el aparado del PCA. El pasado 13 de marzo, en una reunión de coordinadores y secretarios generales del partido, las quejas de los comunistas por lo que interpretan un ataque al PCA fue lo predominante.
"Hay quienes creen que hay que quitar al PCA porque es una rémora del pasado, pero la verdad es que en los pueblos y ciudades en los que el partido es fuerte es donde mejores resultados electorales tenemos", dice Juan de Dios Villanueva, secretario general del PCA de Sevilla. A su juicio, la estrategia es bien sencilla: "Durante los años noventa, en el empeño de la construcción de IU, fuimos dejando cotidianamente al partido de lado, y ahora hay que ir recuperando las funciones poco a poco".
Para Felipe Alcaraz el problema es el intento por parte de determinados sectores de convertir a IU en un partido, cuando, sostiene, está registrada en el Ministerio del Interior como un movimiento político y social. "¿Por qué molesta el PCA?, cada seis u ocho años ocurre lo mismo", reflexiona Alcaraz, quien dice advertir por parte de algunos dirigentes la "intención de enfrentarle con Valderas, en un momento, además, especialmente delicado por la proximidad electoral. Es una irresponsabilidad y un escándalo".
Valderas ha hecho una remodelación de la Permanente de IU (órgano que dirige el funcionamiento cotidiano de la organización) con cinco incorporaciones nuevas, entre ellas el líder del CUT Juan Manuel Sánchez Gordillo y Antonio Luis Girón, afín a Concha Caballero. Como quiera que este órgano siempre ha estado controlado por el PCA, sectores de IU han visto en el cambio un refuerzo de Valderas frente al avance del PCA.
Según Alcaraz, "es una interpretación interesada porque la Permanente no es un órgano político ni ejecutivo, sino una especie de comisión organizadora". El propio Valderas afirma que lo que ha tratado de hacer es una Permanente más "funcional e integradora, nada más". El coordinador andaluz asegura que en Andalucía no existen problemas en la relación con el PCA. Admite que se oyen voces que proponen que el PCE se presente solo a las elecciones con partidos coaligados porque IU está ya desdibujada y se parece demasiado al PSOE, posición que Alcaraz dice desconocer. También que hay otras que buscan una IU con un perfil más socialdemócrata y un fuerte componente ecologista, en la que el papel del PCA sería muy secundario, sobre todo, a efectos de organización.
Parece que esto último está muy lejano. En la puerta de la sede de Izquierda Unida de Andalucía el logotipo de la coalición figura como en un aparte, un añadido. Lo que impresiona son las grandes letras rojas donde se lee Partido Comunista de Andalucía. Como dice el viejo grito comunista, ahora "se ve la fuerza del PCE".
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