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AL VOLANTE
Columna
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Mínimo esfuerzo

El C4 Picasso comparte la base del Grand Picasso (siete plazas) con una zaga más estilizada y sin tercera fila de asientos. Transmite la misma sensación de calidad, con un diseño vanguardista y soluciones originales de serie, como el parabrisas panorámico o el escudo central del volante fijo, que agrupa los mandos del equipo de música y otros accesorios, y permite que sólo gire el aro exterior. Incluye también freno de mano automático y cambio secuencial accionable en el volante, dos detalles que reducen el esfuerzo al conducir, porque automatizan acciones que normalmente hace el conductor. Además, el Picasso es más corto y ofrece un comportamiento algo más ágil.

Turbodiésel con cambio secuencial

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El nuevo Citroën se vende con dos turbodiésel, pero el 1.6 de 110 CV es suficiente para la mayoría y ofrece unas prestaciones correctas en ciudad y carretera. Es elástico a bajo régimen, mueve bien el peso y se estira con soltura hasta las 4.000 vueltas. Y mantiene buenos ritmos de crucero en los viajes, incluso con carga. Sólo acusa su limitada potencia al acelerar y adelantar, porque le falta algo de nervio y tarda en ganar velocidad.

Destaca el cambio robotizado de seis marchas, que lleva una palanca encima del volante y permite elegir varias posiciones. En el modo automático, ideal para ciudad, cambia solo, y en el manual se puede accionar con unas levas situadas detrás del volante. El paso de primera a segunda es algo lento, pero en las marchas largas tiene una respuesta suave y correcta. Y lo mejor es que permite cambiar manualmente o dejar que lo haga el coche para ir más relajado, porque también reduce por sí solo sin tener que hacer nada.

Otra ventaja del cambio está en que no penaliza prestaciones y consumos, como sucede con los automáticos clásicos, y ofrece un gasto muy moderado. En conducción suave gasta menos de siete litros y no pasa de nueve en ciudad ni apurando más las marchas.

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Suspensiones muy cómodas

El C4 Picasso tiene un buen equilibrio de suspensiones, pero prima más el confort que la eficacia. La amortiguación es convencional, aunque el acabado Exclusive lleva un sistema neumático atrás que mantiene constante la altura al suelo al margen de la carga. En ambos casos circula con suavidad, filtra muy bien los baches sin que se noten y está bien insonorizado. Y transmite siempre una sensación de solidez y una comodidad muy agradables. Estas virtudes no penalizan el comportamiento dinámico, porque tiene una dirección muy suave y precisa, mantiene sin esfuerzo los trazados en las curvas y ofrece una estabilidad satisfactoria, con buen agarre, reacciones sanas y aplomo en carreteras rápidas y autopistas. En trazados virados acusa más los balanceos, pero sin excesos, y permite mantener ritmos alegres.

Los frenos con ABS paran bien sin fatigarse, y el equipo de seguridad incluye el ESP de serie.

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