Atropellos
Mi prometida, de nacionalidad rusa y residente en su país, doctora en medicina y vicedecana de la facultad en la que trabaja, no ha recibido el visado para poder venir a presentar la documentación para que podamos contraer matrimonio. El Consulado de España en Moscú, que en otras ocasiones le había concedido el preceptivo visado para entrar en nuestro país, no sólo se ha negado a informarnos de la razón de la sorprendente denegación, sino que tampoco ha querido explicar por qué retuvo dos semanas su pasaporte sin dar noticia sobre la resolución adoptada, lo que nos ha dejado sin tiempo de reacción.
Nuestros representantes consulares, de hecho, retienen rutinariamente los pasaportes de los solicitantes hasta tres o cuatro días antes del día anunciado del viaje, lo que genera todo tipo de problemas a los interesados, como no saber si pueden comprar o no un billete de avión. A todos estos atropellos, hay que añadir también la discriminación, ya que hay mayores exigencias a los solicitantes según su género y origen. Estamos dando una imagen bochornosa de nuestro país, mostrando que en él pueden existir decisiones arbitrarias, secretas e inapelables sobre bases discriminatorias. ¡Y después hay quien pretende dar clases de democracia y derechos humanos.
