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Necrológica:EN MEMORIA DEL OBISPO EUGENIO ROMERO
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

En el Camino de Santiago

Yo también conocí a Eugenio, pero entonces se llamaba Uxío. Nos conocimos hace muchos años en Santiago, y escribo estas líneas porque una vez leídas las necrológicas y cuanto se ha escrito sobre él en estos tristes días posteriores a su muerte, me sorprendió la casi inexistente mención a aquellos años de Santiago y a una tarea muy especial a la que Uxío dedicó tiempo y esfuerzo con total éxito -además de a ser amigo de sus amigos-, como fue la promoción del Camino de Santiago como él sabía hacer las cosas, con investigación y estudio, con la revista Compostellanum y ayudando con su generosidad acostumbrada a una recién llegada al fascinante mundo jacobeo, a una inexperta en el tema como era entonces yo, que volvía a Galicia como directora del Museo de las Peregrinaciones.

Qué habríamos hecho sin él, tanto el Camino como yo, cuántas tardes-noches del duro invierno compostelano pasé en San Martín Pinario, escuchándole y aprendiendo a la vez sobre la peregrinación y a ser su amiga. Parece una premonición que su querido Baio, que con tanta frecuencia iba para visitar a su familia y disfrutar del lugar, tenga un papel relevante en la leyenda jacobea, en ese mágico Camino que alarga la peregrinación desde Santiago a Fisterra.

También he echado en falta en sus numerosas biografías de estos días al menos un apunte sobre sus viajes a África, de los que volvía desgarrado y rebelándose contra el inmenso dolor y miseria que había vivido y compartido y que tanto influyeron en su manera de afrontar la vida.

Los meses que pasaba en Roma, cuya llegada aguardaba impaciente cada año para hacer lo que más le gustaba, sumergirse en los archivos que le convirtieron en el prestigioso experto en patrística reconocido internacionalmente.

Santiago, Baio, Roma, Angola y finalmente Madrid. En el funeral en la Almudena fuiste don Eugenio, obispo, honrado y despedido en tu injusta muerte prematura por cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes, tu hermano, tu familia, tus amigos y, en un conmovedor gesto, tus vecinos de Baio que vinieron a llorarte a Madrid. Yo te dije adiós y te lloré como te conocí, como mi amigo Uxío.

Paloma Acuña es la directora general de la Real Fundación de Toledo

El obispo Eugenio Romero.
El obispo Eugenio Romero.ULY MARTÍN

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