Espargaró se presenta a lo grande
Magnífica carrera del corredor catalán de 15 años, que se queda a un paso del podio
Al llegar al taller de su equipo y descabalgar de su Aprilia amarilla tras la carrera, Pol Espargaró se detuvo en la puerta y se inclinó hacia adelante en un gesto reverencial dedicado a sus mecánicos, que le correspondieron con aplausos. Se quedó el joven corredor español, de 15 años, a un paso del podio, pero celebró el cuarto puesto como si hubiera llegado el primero a la meta. La carrera del octavo de litro la ganó, por un suspiro (14 milésimas), el húngaro Gabor Talmacsi, por delante del checo Pesek y de Héctor Faubel. Pero todo el mundo echó el ojo a Espargaró, el vigente campeón de España de velocidad, y el segundo corredor más joven en conseguirlo. Por un sólo día no es el más precoz. Pero todo queda en su casa de Granollers, porque ese honor recae en Aleix, su hermano mayor, que ahora disputa el Mundial de 250cc. El mayor de los Espargaró tiene ahora 17 años, y cada vez que ve a su hermano en la pista, babea. Como ayer quedó en evidencia nada más se apagaron los semáforos, tiene motivos Aleix. Los 50 kilos de peso de Pol le obligan a rodar con unos seis kilos de lastre en su moto, y eso influye en la velocidad punta que alcanza el conjunto. Pero él está acostumbrado a romper los esquemas preestablecidos. No es extraño que sea precisamente el piloto del canguro (esta es la mascota que le realizó los Espargarins, su club de fans) el más joven que nunca ha puntuado en una cita mundialista. Lo consiguió la temporada pasada en Montmeló, donde compitió como wild card (piloto invitado). Desde entonces, su progresión ha sido meteórica. Ayer se produjo el colofón. "Cuando comencé a correr el Mundial, salí el último. Más adelante arranqué el décimo. Hoy (por ayer) he salido el séptimo y pronto me he colocado primero. Ahora falta salir primero", bromeó el piloto, que describió lo vivido en la pista como buenamente pudo. "Te pueden explicar lo que se siente al pasar por la pelouse, pero, cuando he pasado por ahí...¡buff!", exclamó Pol, acompañado en todo momento por su padre (Genís), su madre (Anna), y su hermana (Mariona). Minutos después ya estaba en el muro. Su hermano Aleix aguardaba ya en la pista.
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