Parto y hospitalización

Una sentencia ha venido a aclarar algunos puntos del permiso por hospitalización de parientes, cuando tal hospitalización deriva de un parto. Nuestro derecho reconoce a los trabajadores un permiso de dos días por hospitalización de parientes, considerando "parientes" los familiares hasta el segundo grado. Estarán, por tanto, comprendidos los hijos, nietos, padres, abuelos y hermanos, tanto del propio trabajador (por consanguinidad) como de su cónyuge (por afinidad). Y si el trabajador necesitase hacer un desplazamiento, la duración del permiso se prolongaría hasta cuatro días.

El problema se planteaba porque algunas empresas negaban tal permiso cuando el pariente ingresado era una mujer que daba a luz mediante parto natural. En concreto, en el caso cuestionado, la empresa consideraba injustificado el que uno de sus empleados utilizase tal permiso en los supuestos en los que la razón de la hospitalización derivaba de la que comporta un parto natural, normal o sin problemas, denegándoselo, en consecuencia, la licencia en estos casos.

La respuesta del tribunal, al respecto, ha sido clara. Si la norma subordina la concesión del permiso a la hospitalización de determinados parientes, la licencia retribuida ha de concederse sin que pueda exigirse por la empresa nada que vaya más allá de la simple justificación de tal hospitalización, pues dicho permiso no se supedita a ninguna información suplementaria sobre patología o acto sanitario concreto, sino a un "mero darse o producirse" y sin que, correlativa y consecuentemente, el trabajador deba a la empresa información alguna acerca de la causa de la hospitalización.

Es más, en ningún caso se puede admitir que la empresa pueda pedir/exigir datos concretos acerca de la causa de tal hospitalización, ya que tal causa se introduce, directa e inmediatamente, en el mundo reservado a la intimidad sanitaria de una persona, persona, además, que ni siquiera es la del trabajador, sino la de un tercero: el pariente.

Parece un despropósito que en la actualidad y en materia tan sensible como es toda la cuestión de la maternidad, se sigan manteniendo interpretaciones tan anacrónicas.