El estratega del textil

Año y medio después de salir de la vicepresidencia de Inditex, José María Castellano (A Coruña, 1947) vuelve como consejero independiente al sector textil. Esta vez de la mano de Adolfo Domínguez, la empresa orensana del modisto del mismo nombre que triunfara en la década de los ochenta con el eslogan de "la arruga es bella". Castellano, que formó durante más de veinte años una de las parejas empresariales de más éxito junto con Amancio Ortega, dueño de Inditex, es uno de los mejores estrategas empresariales de España. Así lo consideró la consultora PwC en 2005 al incluir a Castellano en el puesto 25 en una clasificación de los 50 líderes empresariales del mundo, 10 puestos por encima de Emilio Botín, presidente del Santander.

Mano derecha y hombre de confianza de Amancio Ortega, Castellano fue el cerebro del milagro Inditex, sustentado en Zara y en las otras seis marcas del grupo. Metódico, disciplinado, creador de equipos humanos, Castellano solía decir: "Amancio tiene las ideas y yo las ordeno". Consiguió llevar Zara a todo el mundo y lanzó un modelo de negocio textil ligado a la tienda como centro de información y a la rotación de productos dos veces por semana en su red mundial, hoy ya con 3.140 establecimientos.

En septiembre de 2005, tres meses después de la entrada de Pablo Isla como consejero delegado de Inditex, Castellano dimitió por "motivos personales", rompiendo casi 30 años de relación con Inditex. La dimisión se produjo un día después de que Florentino Pérez (presidente de ACS) arrebatara a un grupo de empresarios gallegos (entre ellos, Amancio Ortega) el control de Unión Fenosa. Ése fue el detonante del divorcio empresarial más espectacular de las últimas décadas. Castellano volvió a su labor docente posteriormente, pero retornó al mundo societario como consejero en Fadesa y en ONO, tras su intento frustrado de acceder a la presidencia de Portland Valderribas, el grupo de Esther Koplowitz. Hombre práctico y poco dado a la actuación pública, es calificado por sus colaboradores como cercano, accesible y de buen trato. A pesar de la herida personal que le dejó su ruptura con Ortega nunca ha aireado sus discrepancias en su última etapa en Inditex. Amante del ejercicio físico y de la buena mesa, este gallego, que no suele ejercer de ello, reúne una experiencia en gestión empresarial de las más valiosas de España, según una firma cazadora de talentos. Se autodefine como "un profesor por vocación", pero el gusanillo de la empresa es difícil de matar y su prestigio se encuentra intacto en estos momentos.