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Virxilio expone sus obras en la casa grande de Otero Pedrayo

La muestra del pintor orensano recogerá las estaciones sobre los campos de Amoeiro

Virxilio colgó ayer sus cuadros en la casa grande de Otero Pedrayo, Méndez Ferrín los narró con la sabiduría del amigo y se concibió el simbolismo. Tres orensanos convocando a don Ramón en su casa de Cimadevila a través de la pintura "de un Orense con vocación de amarillo; del amarillo de las mimosas y de las terribles tardes de verano de calor impronunciable", dijo Ferrín. El acto inaugural estuvo presidido por la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo.

"No son Os Chaos, es Virxilio", sentenció Xosé Luis Méndez Ferrín. El escritor describió a un Virxilio "sobrepasado a sí mismo", del que destacó su sabiduría. "Es un pintor dotado de palabra, de pensamiento; un intelectual de cuerpo entero", señaló el poeta. Y analizó su obra, Os chaos de Amoeiro, que "no son tales, sin dejar de serlos", dijo.

Porque Méndez Ferrín encuentra que en las superficies moderadas y en el orensanísimo amarillo que las tiñe, lo que asoma es Virxilio habitando la casa de Otero, "de pazo, nada", por donde "entró el siglo XX a Galicia". "Aquí se tradujo a Joyce", apuntó el escritor.

Pero aun siendo Virxilio, su última obra es también "la Galicia post-agrícola, porque en estos cuadros, el cultivo de la tierra fue casi suprimido", lamentó Ferrín, echando de menos bueyes y tractores. "Esta es la crónica de ese nuevo silencio que se hizo en Galicia", concluyó.

El pintor lo consoló con escueto pragmatismo: "No hay figuras, porque ésta no es época de vendimia". Virxilio colgó su última obra pero escatimó las palabras agrupándolas todas en un recuerdo de Otero Pedrayo que justifica su obra más reciente. "Recuerdo que me dijo", apuntó el pintor, "Lugo aún tiene algún color, pero el resto -de Galicia- es todo mar".

Un estilo más 'naif'

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Porque la obra que ayer colgó Virxilio, de un estilo "algo más naif", según su propia definición, son los campos que rodean la casa del pintor Amoeiro, atravesando el amarillo profundo del Ourense rural.

Pero esos cuadros también son el paisaje "tantas veces contemplado, que siempre despertó la escritura de Otero Pedrayo", según explica en la reseña de la exposición uno de los comisarios de la exposición, Santiago Lamas.

En la casa grande de Trasalba, la inauguración fue también un homenaje a uno de los padres de Galicia. Y el presidente de la Fundación Otero Pedrayo, Víctor Freixanes, dejó claro que la obra de Virxilio, formado en la escuela poética y artística "del difícil Ourense" de los años 50, y "fecundado por la memoria de la Xeración Nós, conforma una arquitectura propia que en parte se alimenta de estos espacios, estas luces y estos horizontes abiertos e irrepetibles".

Los Chaos de Amoeiro no quedan solos. La exposición, que estará abierta hasta septiembre, estará acompañada por recitales poéticos, protagonizados por Isolda Santiago, Baldo Ramos, Modesto Fraga, Rafa Villar y Manolo Outeiriño.

La presentación corre a cargo de Afonso V. Monxardín. Habrá también musicales -la Coral Polifónica y María do Cebreiro, acompañada de Abe Rábade Trío- y el propio Virxilio impartirá un taller de pintura para niños del Ayuntamiento de Amoerio.

Además, la obra colgada, irá cambiando cada 15 ó 20 días. El autor la renovará quedando a un paso de la época de vendimia en la que los campos de Amoeiro se asemejarán más a la Galicia rural que Ferrín echó ayer tanto de menos. La exposición será la crónica de las estaciones, con sus luces cambiantes, sobre los campos de Amoeiro.

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