Monólogo
No hay derecho, el pájaro ese, el Arnaldo, de rositas, me cago en la primavera, las rebajas en El Corte Inglés, España que se rompe como un souvenir, el terrorista ese a bailar en muletas el aurresku, o como coño se llame, a la puerta del hospital, Zapatero si tienes cojones, convoca elecciones, Zapatero, traidor, Zapatero, al hoyo..., Pepiño, ailalelo, te va a caer el pelo, ¿por qué será que le tengo tantas ganas a ese gallego?, en fin, pero eso sí, como señores, con pareados simpáticos, con un par de si bemoles, sin faltarle a nadie, con educación, me cago en el Gato con Botas y en Caperucita Roja, poner las íes sobre los puntos, nada de radicalismos, que no nos confundan con las extremidades, ya lo dijo Él, yo también soy de los liberales clásicos, como José María, toda la vida escuchando clásicos populares, me gustaba más sin mechas, Aznar Qu. Vuelva, no le pongas peros al olmo, y que se sepa toda la verdad, ahí les duele, lo dijo el obispo de Huesca, el éxito hay que saborearlo en pequeñas diócesis, una verdad como Dios manda, no una verdad completamente semidesnuda, a lo Pataky, y ya puede decir el tribunal misa, para peligro islámico Pepiño, que es de Lugo, ¿por qué le tengo tantas ganas a ese gallego?, hombre, al Bin Laden también, pero más a Pepiño, para qué te voy a engañar, es algo que me supera, será la confianza, el pollo casero, pero hay que controlarse, me cago en las migas de Pulgarcito, con control, eso sí, sin perder los estribos, sin perder el jinete, matizó Rajoy, que es un coñón, ¿por qué le tengo tanto aprecio a ese gallego?, don Mariano, nada de Marianiño, había que verlo allí, superlativo, haciendo Historia, vamos al desastre, señores, y lo demás es demagogia, estas bobadas de las igualidades, todos somos iguales, ya lo decían los clásicos, sólo que algunos tenemos un capital, aunque no las tenga todas conmigo, demasiada gente callada, observándome en silencio mientras hablo, todos al loro, menos el camarero, que se hace el avión, ¿qué pasa?, ¿estamos a setas o estamos a Rolex?, ya sólo falta que lleguen las rebajas, las elecciones, la primavera, ¿primavera?, grunt, glomp, glups, no me he fiado ni me fiaré nunca de la maldita primavera. ¡Camareeeero!
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