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Una avería provoca retrasos durante cinco horas en todas las líneas de Cercanías

Un convoy de Ferrocarrils de la Generalitat se salta un semáforo rojo en Abrera

El fallo de ayer, que afectó a todas las líneas de Cercanías y algunos trenes de media y larga distancia, se produjo en el Control de Tráfico Centralizado (CTC), del que depende la seguridad en la circulación. La avería se inició a las 8.35 horas y se prolongó hasta las 9.45 horas. A partir de ese momento, la recuperación de la normalidad se dilató durante unas tres horas más. Los retrasos de los trenes oscilaron entre los 25 y los 45 minutos. También ayer, un convoy de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) bloqueó la línea de Manresa al saltarse un semáforo rojo.

Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) anunció ayer que ha procedido a exigir responsabilidades a la empresa Telvent Tráfico y Transportes por la avería registrada ayer en los sistemas informáticos que rigen el control del tráfico ferroviario. A expensas de finalizar la investigación, los primeros datos de Adif señalaban a esta firma, que es la fabricante de los equipos informáticos, como la responsable de la avería que afectó de nuevo a la red de Cercanías de Barcelona.

La reclamación de Adif se produce por la "posible negligencia e inoperancia en la resolución de una avería que ha provocado desajustes en el sistema ferroviario y molestias a los viajeros". No obstante, Renfe no pudo precisar, ni siquiera de modo orientativo, el número de trenes afectados por la avería que se extendió durante casi cinco horas hasta su resolución final.

Esta avería no está relacionada con las obras del AVE, que han provocado el retraso de hasta 1.001 trenes entre los meses de octubre y marzo, según ha informado esta misma semana en el Congreso la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, durante una comparecencia dedicada monográficamente a la situación de Cercanías de Barcelona. Ayer, el presidente del grupo parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran, reclamó la dimisión de la ministra por la acumulación de percances que afectan a la red ferroviaria catalana.

La incidencia de ayer afectó a todas las líneas de Cercanías y también a las de medio y largo recorrido. Las primeras sufrieron retrasos que oscilaron entre los 25 y los 45 minutos, en función del punto donde quedó atrapado el tren.

Lo que sí tendrá que ver con las obras del AVE son las alteraciones en el servicio de las líneas 2 y 10 que se producirán durante el presente fin de semana. En ambos casos, la afectación viene forzada por unas obras a realizar en las vías que llevan al apeadero de paseo de Gràcia, de modo que los trenes de estas líneas que pasaban por esta estación serán desviados por la de plaza de Catalunya tanto el sábado como el domingo.

En el caso de los pasajeros que utilizaban el tren de la línea 10 para ir al aeropuerto desde França y paseo de Gràcia, tendrán a su disposición un servicio de autobuses para cubrir el trayecto. Con todo, no será la totalidad de los trenes del fin de semana la que sufra las modificaciones, sino que afectará a determinadas circulaciones en las primeras horas de la mañana.

La ministra de Fomento relató en su comparecencia que una de las dificultades de compaginar las obras del AVE con el funcionamiento relativamente normal de los trenes convencionales era el escaso tiempo hábil para trabajar en las vías y, especialmente, en las zonas de túnel. La ministra aseguró que este tiempo apenas alcanza las tres horas durante la noche.

Pero la avería de Renfe no fue la única incidencia que se produjo ayer en la red ferroviaria catalana. También las líneas del Baix Llobregat de Ferrocarrils de la Generalitat, cuyo presidente es Joan Torres, se vieron afectadas por un incidente que, al final, se saldó sin daños personales, aunque fue necesaria la evacuación de un centenar de pasajeros que viajaban en dos trenes directamente afectados.

Todo empezó a las 8.45 horas, en la estación de Abrera (Baix Llobregat), cuando un tren procedente de Manresa que se dirigía a Martorell se saltó el semáforo que estaba en rojo. En ese momento, entraron en funcionamiento los mecanismos de seguridad y frenaron automáticamente el tren. Éste había entrado en una zona de vía única y de frente se aproximaba otro procedente de Martorell.

Pese a quedar frenado y por causas que la empresa aún investiga, el tren volvió a ponerse en movimiento. Las hipótesis con las que trabaja la investigación que realiza FGC son dos: que el propio maquinista arrancara manualmente el tren o que, por los motivos que fuera, dejaran temporalmente de funcionar los mecanismos de seguridad que impiden la circulación en estos casos. No obstante, estos mecanismos sí que funcionaron en el otro tren, el que se dirigía hacia Abrera procedente de Martorell, que quedó bloqueado a menos de 500 metros del otro tren. Casualmente, este tramo es de vía única.

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