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Una máquina de la M-30 rompe una tubería e inunda Yeserías

El tráfico estuvo cortado cuatro horas pero no afectó al abastecimiento de agua de los vecinos

A la obra de la M-30 junto al río le salió ayer un lago de unos 100 metros de largo y más de 50 centímetros de profundidad. Sobre las 8.30, una excavadora que trabajaba en la reforma de la vía de circunvalación, en la confluencia del paseo de Yeserías y el puente de Santa María de la Cabeza, rompió una tubería de agua y provocó una espectacular inundación que interrumpió el tráfico en esa calle cuatro horas. La avería no afectó el abastecimiento de los vecinos. Tres personas quedaron atrapadas y fueron rescatadas por los bomberos.

A los vecinos de la obra de la M-30 les crecen los enanos. Si no tenían suficiente con la polvareda, descrita por ellos mismos como "sahariana", ayer asistieron a una inundación con rescate incluido debajo del puente de Santa María de la Cabeza.

Una furgoneta con dos personas de movilidad reducida en su interior quedó atrapada en medio de la gran charca. El agua afectó al sistema eléctrico del vehículo cuando estaba cruzando la zona inundada y sus ocupantes, conductor incluido, tuvieron que ser trasladados en volandas hasta tierra firme. Además, cinco vehículos aparcados en la calle tuvieron que ser retirados para facilitar los trabajos de los bomberos y de los equipos de limpieza que se desplazaron hasta el lugar.

El tramo del paseo de Yeserías inundado transcurre justo por debajo del puente de Santa María de la Cabeza. Unos 70 metros de calle que forman una pequeña vaguada que contribuyó a que el agua quedara acumulada y alcanzase más de medio metro de altura. El Canal de Isabel II no ofreció la cifra de litros derramados, pero no consiguió frenar el escape hasta las diez y cuarto de la mañana.

Dos años de molestias

"Es increíble, el agua no ha dejado de salir hasta al cabo de dos horas", denunció Luis Ayuga, vecino de la zona que asistió al suceso cuando salía a comprar el pan. "Llevamos dos años de obras y molestias. Y ahora esto...", se lamentaba Ayuga, que además es presidente de la Asociación de Vecinos de Arganzuela.

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En el tramo inundado de la calle no hay ningún comercio. El más cercano, un concesionario de coches, no se vio afectado por el agua. "Cuando he llegado, todavía salía agua y me he asustado mucho. Estaba sufriendo por los coches que tenemos, pero finalmente no ha pasado nada", explicó Liliana Corrales, empleada del establecimiento.

José, un jardinero de la zona, discutía con Antonio mientras los operarios municipales de limpieza desembarraban la zona. "Yo te lo digo. Era una tubería general de las antiguas. De las que se utilizaban para canalizar el agua para limpiar el Matadero", le espetaba. "Por eso llevaba tanta presión. Desde luego, no era ninguna de las que yo uso para el riego", añadía.

El Canal de Isabel II informó de que se trata de un conducto de 400 milímetros de diámetro, para transporte y no distribución. Por eso el abastecimiento de los vecinos no se vio afectado en ningún momento. Además, precisaron que no se puede cerrar de golpe el paso porque la presión que soporta este tipo de cañería volvería a romperla por otro lugar. "Las válvulas están a un kilómetro de distancia entre sí. Por eso tardó tanto en dejar de brotar el agua", indicó una portavoz del Canal de Isabel II. Cuando lograron cortar el suministro, el agua salió a través de tres alcantarillas situadas debajo del puente sin que los bomberos tuvieran que utilizar bombas de achique.

El tráfico en ese tramo de calle estuvo cortado hasta las 12.30. Pero no afectó a la circulación de la zona, que pudo ser desviada a las grandes avenidas colindantes. Quince empleados del Selur estuvieron limpiando el barro acumulado junto a un camión cisterna y una máquina especial con rodillo incorporado. En el puente sobre la zona inundada, varios jubilados se detenían a contemplar lo ocurrido.

"Qué pasaría si nunca pasase nada, quizá mi calle ahora no estaría inundada", ironizaba un vecino de la zona en alusión al eslogan del Ayuntamiento de Madrid para publicitar las obras de la ciudad.

Imagen tomada por un lector con un teléfono móvil cuando el paseo de Yeserías estaba inundado.
Imagen tomada por un lector con un teléfono móvil cuando el paseo de Yeserías estaba inundado.

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